El número de fallecidos a causa del deslave del sábado en Las Tejerías, en la zona central de Venezuela, subió a 43 -siete más que ayer-, según el balance más reciente ofrecido este martes por la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, desde la zona afectada por las inundaciones. En una intervención televisada, la funcionaria actualizó el total de víctimas mortales minutos después de que el presidente Nicolás Maduro cifrase en 39 los muertos y en 56 los desaparecidos en medio de una reunión con varios ministros que el mandatario encabezó desde Caracas. "Estamos llegando casi a un centenar de víctimas fatales", dijo Maduro tras referirse a las 56 personas reportadas oficialmente como desaparecidas y que están siendo buscadas por familiares y por diversos grupos de rescate que operan en la zona. El presidente anunció una bonificación para los habitantes de la localidad, ubicada a unos 70 kilómetros de Caracas, en donde resultaron afectados 23 sectores y unas 10.000 familias, de las cuales casi un millar perdieron sus viviendas.

Maduro había reportado ayer, durante un recorrido por Las Tejerías, "más de 60 desaparecidos" por el desbordamiento de las quebradas en esta pequeña ciudad del estado Aragua que ha sido declarada por el Gobierno como zona de catástrofe y desastre natural. La vicepresidenta, por su parte, informó que 39 familias ya fueron ubicadas en dos refugios cercanos a la zona afectada, mientras otros grupos de personas, en un número que la funcionaria no precisó, aceptaron viviendas gratuitas ofrecidas por el Ejecutivo en otros estados, ubicados hasta a 400 kilómetros de distancia.

Mientras tanto, continuó Rodríguez, han avanzado los trabajos de remoción de escombros, recuperación de suministro de agua y luz en algunos sectores, si bien aclaró que esta tarea continuará en los próximos días. "Seguimos en la búsqueda (de desaparecidos), la búsqueda no se ha detenido, ahí están los familiares", expresó la vicepresidenta.

Las lluvias registradas en las últimas tres semanas en Venezuela han causado derrumbes, así como inundaciones en la mitad del país, donde miles de personas perdieron parcial o totalmente sus viviendas, mientras se cuentan 20 víctimas mortales, fuera del deslave de Las Tejerías.

Redes sociales

Los familiares de los desaparecidos trasladaron la búsqueda de sobrevivientes a redes sociales como Twitter, donde proliferan fotos y llamados desesperados a quienes puedan aportar alguna información. La búsqueda de los desaparecidos no solo se concentra en la zona afectada, pues sus familiares y amigos están publicando imágenes de documentos de identidad, fotografías familiares y cualquier señal que muestre a sus seres queridos a otras personas, con la esperanza de que alguien sepa algo. Varios de estos mensajes han sido replicados por periodistas e influencers y, entre todos, esperan encontrar alguna respuesta o indicio que no esté necesariamente bajo los escombros y el barro que ya se compactó en la comunidad de Las Tejerías, y que dificulta aún más las labores de rastreo.

Ender Segovia es uno de los que está pendiente de las redes sociales, pero también se ha trasladado en los últimos días desde Caracas hasta Las Tejerías, a unos 70 kilómetros, para apoyar a su familia en la búsqueda de su tío José Segovia, de 56 años, a quien no pudieron ayudar a salir de su casa la tarde del sábado. En la vivienda ya encontraron sin vida a su prima de un año de edad, a quien no lograron sacar de la casa cuando el río arrasó con la comunidad. "Todo el mundo está buscando día y noche, tratando de ver si encuentran personas con vida. La gente camina por encima de los techos de las casas, camina sobre los nuestros, pensando que puede haber gente ahí metida, tapada", relató el hombre. Como muchos afectados por esta catástrofe, Segovia cree que el número de desaparecidos supera la cifra oficial y advierte que con el paso de las horas merman las probabilidades de encontrar a sus parientes con vida, aunque, añade, "la esperanza es lo último que se pierde".

En el lugar del desastre, instituciones públicas y privadas, organismos internacionales, estudiantes, rescatistas, familiares y particulares organizados están movilizando ayuda con la que esperan apoyar a las 10.000 familias de los 23 sectores afectados por las quebradas desbordadas. "El trabajo es arduo porque el área afectada es muy grande", explicó a EFE Nelson Suniaga, bombero de la Universidad Central de Venezuela, que acumula varias horas entre el lodo, en esta pequeña ciudad del estado Aragua. Las jornadas de apoyo a sobrevivientes y búsqueda de desaparecidos, detalló, se hacen "en comunión" entre funcionarios del Estado y voluntarios, un despliegue que sobrepasa las 3.000 personas, según el Gobierno.

El rescatista remarca la solidaridad que, a su juicio, abunda en la zona, donde, debido a la magnitud del desastre, todo el que llega empieza su trabajo atendiendo la solicitud de alguna familia o ante la pista de "un olor característico", sin un orden en particular. "El trabajo es ese, buscar, buscar, buscar hasta que encuentres. Nosotros estuvimos todo el día cavando donde nos decían, donde se presumía algo, donde había un olor característico, pero nosotros no encontramos a nadie", relató Suniaga.