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Kirill Martynov: "Queremos ser la voz de la Rusia proeuropea"

El exredactor jefe de la independiente 'Nóvaya Gazeta' se exilia en Letonia y funda con 40 redactores una nueva publicación gracias a donaciones y 'crowfunding' | 'Nóvaya Gazeta Europa' cuenta con el apoyo de periodistas europeos, publica sus textos en inglés y quiere realizar investigaciones en el interior de Rusia con colaboradores anónimos

Kirill Martynov.

Era la publicación más prestigiosa de la prensa independiente en Rusia. Fundada en 1994 con la ayuda del difunto Mijaíl Gorbachov, quien dedicó el dinero del Premio Nobel a comprar ordenadores a sus periodistas, 'Nóvaya Gazeta' se había convertido en un referente informativo de primer orden gracias a sus detalladas investigaciones sobre temas delicados como la corrupción o incluso las relaciones del Kremlin con grupos terroristas. Entre 2000 y 2021, seis de sus periodistas han sido asesinados por motivos de trabajo, incluyendo a Anna Politkóvskaya, acribillada en el ascensor de su casa en octubre de 2006. Ahora, buena parte de sus reporteros, con su exredactor jefe Kirill Martynov a la cabeza, se han exiliado a Letonia y han fundado 'Nóvaya Gazeta Europa', donde pretenden continuar con su labor, dirigida tanto a fuera como dentro de Rusia.

En Rusia, la prensa libre ya no existe ¿Van a continuar su trabajo?

Hemos tenido suerte en comparación con otros medios. No tenemos propietario, y no nos han podido llevar a la ruina, como a Eco de Moscú, la única emisora independiente. Mientras fue posible, trabajamos en Rusia. Hacia el final de nuestra existencia en Rusia, tuvimos un récord de lectores, entre dos y cuatro millones cada semana. El último día de trabajo en Moscú fue el 28 de marzo. Seguir ya era peligroso. Debido a la nueva ley de información, solo si describes lo que sucede en el frente, cualquier persona relacionada con 'Nóvaya Gazeta' podía ser perseguida, incluso un contable. Nos vinimos al punto más cercano de Rusia, a Letonia. Salimos más de 40 de periodistas. Y aquí registramos el nombre de ‘Novaya Gazeta Europa'. El 7 de abril empezamos a publicar en Telegram. Y ahora queremos volver a nuestra audiencia rusa. También tenemos ahora una tarea adicional diferente a la que teníamos hasta ahora: hacer oír en Europa la voz de la Rusia proeuropea.

¿Cómo piensan financiar su proyecto?

Al principio, JX Fund, una organización alemana, nos ayudó con los billetes y alquileres en Riga. Sus fundadores pertenecen a Reporteros sin Fronteras, sección alemana. Sentimos mucha solidaridad profesional de los colegas europeos. Ahora hemos empezado una campaña de cuestación, por un lado entre los rusos que han huido y que quieren prensa independiente, y por otro entre los europeos que saben qué es ‘Novaya Gazeta’ y lo que significa. Traducimos nuestros textos al inglés, y nos planteamos utilizar otros idiomas. Gracias a ello, cubrimos gastos. En mayo, era impensable tener una lista de 54 periodistas en nómina. Pero gracias a lo que hizo 'Novaya Gazeta' durante sus 30 años de existencia en Rusia, contamos con una buena reputación.

¿Cómo piensan acceder a la audiencia rusa y sortear la censura?

Hemos perdido a una parte importante de nuestra audiencia, porque no podemos usar nuestros antiguos lugares en internet. ‘Novaya Gazeta Europa’ es una nueva publicación sin vínculos con ‘Novaya Gazeta’, a excepción de sus periodistas. Hay dos lugares en internet libres de censura. El primero es Telegram, donde rápidamente recuperamos 150.000 suscriptores. El Kremlin no censura Telegram porque lo usa para difundir su propaganda. Nuestra segunda plataforma es YouTube. Allí tenemos 50.000 suscriptores, una cifra que crece. Y luego contamos con VPN, dado que nuestra nueva página fue bloqueada en Rusia a los nueve días de salir. Recuperar nuestra audiencia no será tan rápido como si trabajáramos en Rusia, pero estamos decididos a ello.

¿Seguirán publicando investigaciones desde Rusia? Parece peligroso…

Sí, es la parte más peligrosa del trabajo. Todos los que trabajan desde el interior de Rusia son voluntarios, Son algo así como periodistas partisanos, trabajando sin acreditación. Habrá que mantener secreto su nombre. Contamos con entre 15 y 20.

¿Son Putin y la guerra tan populares como dicen los sondeos?

Hablar de la opinión pública es una cuestión muy difícil en Rusia, debido a nuestra historia y especificidades. Putin es el conductor de ese sentimiento imperialista, de que el mundo no nos respeta, un sentimiento que existe en la sociedad rusa. También hay que destacar que, según todos los expertos, desde el final de la era soviética la sociedad rusa está muy despolitizada, siendo la idea principal de la vida rusa la posibilidad de que cada individuo viva tranquilamente no y se le plantee ningún sacrificio. En este contexto, los rusos, no es que apoyen la guerra, -no hay una masa enorme de gente que esté deseando ir al frente a morir- pero existe la sensación de que mientras esto no afecte al ciudadano, es mejor mirar a otro lado. El ciudadano medio piensa que no puede influir en el Estado. Y de repente, se despierta en una situación en la que ha comenzado una guerra, que dura más de medio año, que compromete su futuro y el de su familia. En esta situación es más fácil creerse la propaganda que plantearse otras opciones, no solo para evitar problemas, sino también para pensar que la vida sigue siendo normal o que la normalidad volverá pronto.

¿Piensa usted que Putin puede emplear armas atómicas?

Este régimen ha demostrado que está dispuesto a recurrir al chantaje, del gas o nuclear, que incluye lo que pueda suceder en la central de Zaporiyia, Otra cosa es lo que vaya a obtener el Kremlin con esto, porque sería ya llegar muy lejos. Si hay un ataque nuclear, los países vecinos de Rusia pedirán a la OTAN que se active el articulo 5, llevando al país más lejos en este callejón sin salida.

¿Existen problemas internos en el Kremlin?

Hay una situación extraña. Deben hallar a quien culpar, porque la guerra no va según los planes. Pero el régimen de Putin está construido según la máxima de que no hay que castigar a quienes el presidente ha nombrado. Los servicios secretos saben que, en tiempo de Stalin, empezaron matando a sus enemigos y finalmente ellos mismos se convirtieron en enemigos. Putin no quiere repetirlo. Aun así, en caso de un gobierno totalmente disfuncional, puede haber gente que piense que la mejor solución a sus problemas es que Putin se vaya.

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