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Polémica en la "gauche"

Las acusaciones de violencia de género sacuden a la izquierda francesa

El secretario general de los verdes y el número dos de la Francia Insumisa se ven salpicados por casos de este tipo

El político de Francia Insumisa, Adrien Quatennens. Reuters

La izquierda francesa afronta una rentrée convulsa. La coalición unitaria progresista, llamada NUPES, se ha visto sacudida en los últimos días por la aparición de varios supuestos casos de violencia de género. El secretario general de los verdes, Julien Bayou, anunció el martes por la tarde que “se aparta” de la representación de su partido en los medios tras haber sido acusado de “violencia moral” por una expareja. Esta decisión se produjo pocos días después de que el número dos de la Francia Insumisa (socio de Podemos en Francia), Adrien Quatennens, reconociera haberle dado un bofetón a su mujer. Una sucesión de polémicas que provocaron un terremoto interno para una gauche que considera el feminismo como uno de sus estandartes.

Aunque la Justicia no investiga a ninguno de estos dos diputados, sus casos reflejan la difícil gestión por parte de las formaciones progresistas cuando estos comportamientos salpican a sus dirigentes. Los distintos partidos que componen la NUPES —la Francia Insumisa, el Partido Socialista, los verdes y los comunistas— se dotaron en los últimos años de comités internos sobre las violencias sexuales. Gracias a ellos, han proliferado los testimonios de mujeres que acusan de comportamientos sexistas a representantes y cuadros. Pero estos órganos no disponen de los medios suficientes para investigar los hechos denunciados y a veces demostraron una doble vara de medir. Incluso los utilizaron para resolver disputas internas.

“Ser un manipulador”

El comité interno de los verdes recibió en julio la denuncia de una expareja del presidente de este partido. “Me reuní en mi casa con ella (…). Estaba muy deprimida, incluso unas semanas después se intentó suicidar”, dijo la diputada ecologista Sandrine Rousseau —conocida por su activismo feminista, pero que al mismo tiempo aspira a reemplazar a la actual dirección— en un programa de televisión, el lunes por la tarde. Así reveló unas acusaciones que habían pasado desapercibidas hasta entonces. 

De momento, se desconocen los hechos que se le reprochan a este diputado de los verdes, aunque fuentes internas dicen que su ex lo acusa de “ser un manipulador”. Una actitud condenable a nivel moral, pero que no constituye un delito.

Decepción del movimiento feminista

Este caso estalló prácticamente al mismo tiempo que el de Quatennens. El semanario de investigación Le Canard enchaîné reveló la semana pasada que su esposa había acudido a una comisaría para relatar que había sufrido violencia machista por parte de su marido. Aunque ella misma indicó a los agentes que no quería que esos hechos desembocaran en una investigación ni fueran revelados a la prensa, los filtraron a la revista satírica, que suele desvelar los trapos sucios de los políticos en Francia. 

Pocos días después, Quatennens reconoció haberle dado un bofetón a su pareja Céline el año pasado en un contexto de “agresividad mutua”. También explicó que la había agarrado por la muñeca, le había cogido su teléfono móvil y le había mandado “demasiados mensajes”, después de que ella le pidiera el divorcio. Tras haber entonado este mea culpa, el mediático diputado, de 32 años, considerado hasta este escándalo como un posible futuro líder de la gauche, renunció a su cargo de coordinador de la Francia Insumisa y suspendió su actividad parlamentaria, aunque no dimitió de su escaño. Además de considerar insuficientes estas decisiones, el movimiento feminista francés lamentó la reacción de Jean-Luc Mélenchon, líder de la NUPES, después de que se desvelaran estos hechos. 

“La mala fe de la policía, el voyeurismo mediático y las redes sociales se han invitado al divorcio conflictual de Adrien y Céline Quatennens. Adrien ha decidido asumir la culpa. Saludo su valentía”, aseguró en Twitter el dirigente ecosocialista, que quedó tercero en las pasadas presidenciales con el 22% de los votos. “Entre las feministas, no es una ola de asco lo que nos invade tras las declaraciones de numerosos dirigentes y partidos de izquierdas, sino un verdadero tsunami. Ante la solidaridad masculina que protege a los agresores que pululan en nuestras esferas políticas, pedimos un relevo femenino”, aseguraba este martes el colectivo Relevo Feminista en una tribuna publicada en el diario progresista Libération.

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