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Derechos humanos

La ola de protestas en Irán, en cinco claves

El país persa experimenta manifestaciones diarias y tensión en las calles tras la muerte de una joven la semana pasada a manos de la policía por no llevar el velo de forma correcta

Mujeres en Teherán cubiertas por el velo. EFE

Irán vive una ola de protestas en Teherán y las ciudades del oeste del país por el asesinato de la joven de 22 años Mahsa Amiri la semana pasada a manos de la policía. La patrulla moral -un cuerpo policial que controla y reprime el comportamiento de la gente- detuvo a la joven por llevar el velo sin cubrirle la cabeza “de forma correcta”.

¿Por qué han empezado las protestas?

Mahsa Amiri caminaba el martes pasado en el centro de Teherán con su hermano cuando una patrulla de la moral les cortó el paso. Apartaron al chico y se la llevaron a ella. En el coche, según la familia de la joven, le pegaron y los golpes continuaron en comisaría. Esa misma tarde, Amiri entró en coma cerebral -las autoridades iranís aseguran que se desmayó sin causa aparente mientras estaba bajo custodia policial- y murió tres días después, el pasado viernes. El motivo de la detención fue que la joven llevaba el velo caído y enseñaba "demasiado" pelo.

¿Es obligatorio llevar velo en Irán?

La Revolución Islámica de 1979 en Irán significó la huida del shah de Persia -el hasta entonces monarca del país, apoyado por Occidente- y el nacimiento de un nuevo Estado: La República Islámica de Irán. Este nuevo país empezó a ser gobernado por un consejo de clérigos, los cuales, a su vez, eligieron al Ayatolá, el líder supremo, que representa tanto el líder religioso como el jefe de Estado. Bajo este sistema, los clérigos instauraron la ‘sharía’, la ley islámica. Y sí: este código de leyes impone el uso obligatorio del velo a todas las mujeres. Hay muchas formas de velo, unas más conservadoras y otras menos. Pero está penado por ley en Irán que una mujer no se cubra la cabeza.

La versión oficial

Las manifestaciones empezaron el sábado, durante el funeral de la joven Amiri. El funeral tuvo lugar en su provincia de procedencia, el Kurdistán iraní, y en ella mujeres que atendían el acto se quitaron sus velos y los lanzaron al suelo o los quemaron. La policía reprimió a los presentes, lo que consiguió elevar aún más la tensión. Las autoridades han catalogado lo sucedido de “desafortunado”, y aseguran no ser responsables de la muerte de Amiri. El padre de la joven, sin embargo, carga contra la versión oficial: “Le pegaron dentro del coche policial y en la comisaría, pero no quieren enseñar el vídeo. En cambio, publicaron otro que estaba manipulado”.

Represión policial

Hasta la fecha, todas las protestas en Teherán y en el Kurdistán iraní han sido pacíficas -con cánticos antigubernamentales y algunas mujeres quitándose los velos-. Pese a ello, la represión policial se ha recrudecido durante los últimos días. En total, hay al menos cuatro muertos y cerca de un centenar de heridos y más de una veintena de detenidos, según organizaciones de derechos humanos. El Gobierno, según el medio disidente ‘IranWire’, estuvo este lunes por la tarde en casa de la familia Amiri para forzarle a realizar un comunicado pidiendo el cese de las manifestaciones. Este domingo, de hecho, el presidente iraní, Ebrahim Raisí, llamó al padre de la joven para darle su pésame. Ajmad Amiri le contestó al presidente que antes debía forzar a la policía a decir la verdad y enseñar los vídeos de las cámaras de seguridad de dentro de la comisaría.

Precedentes de protestas masivas

Irán tiene un historial de una fuerte represión policial cuando una ola de protestas se convierte en masiva. El último episodio fue en enero de 2018, cuando miles de personas salieron a las calles para protestar en contra de la grave crisis económica del país (que a día de hoy aún dura). Se estima que en esas protestas murieron cerca de 30 personas, aunque el bloqueo informativo establecido por el Gobierno iraní convierte esa cifra en una incógnita. 

A pesar de estos antecedentes, las manifestaciones por la muerte de Mahsa Amiri siguen creciendo. “Hoy, como símbolo de protesta, no he llevado el velo a ningún sitio adonde he ido. Lo hago en memoria de Mahsa, porque creo que es mi deber. Si seguimos calladas nos mereceremos lo que nos ocurre. Así que yo no me callaré, y protestaré hasta la extenuación en contra de la sangre derramada injustamente”, ha publicado una joven iraní anónima en las redes sociales.

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