En apenas tres días, 700 personas fueron asesinadas en Daraya. Hace una década, la ciudad siria cercana a Damasco fue el escenario de una grave masacre. Ahora, un nuevo informe relata los hechos ocurridos allí entre el 24 y el 26 de agosto del 2012 y apunta hacia un claro culpable. Fueron las tropas aliadas al gobierno de Bashar el Asad quienes ejercieron esta “sorprendente demostración de violencia” que culminó en un “ataque sistemático contra la población civil de Daraya”. El equipo de investigadores sirios, apoyado por el Consorcio Británico Sirio, ven en estos resultados un primer paso hacia la justicia.

"Se cumplen diez años desde que las fuerzas sirias y aliadas lanzaron un ataque planificado y coordinado, que incluyó 72 horas de ejecuciones sumarias puerta a puerta, contra civiles de Daraya", ha denunciado el Consorcio en su perfil de Twitter. Más allá de los cientos de personas asesinadas que fueron enterradas en fosas comunes improvisadas, muchos otros fueron detenidos o, a día de hoy, siguen desaparecidos. El gobierno de Siria empleó toda su fuerza para atacar a esta ciudad que concentró grandes manifestaciones en oposición al régimen.

Asad hizo uso de “la Cuarta División, la Guardia Republicana, la Inteligencia de la Fuerza Aérea, los 'shabiha' [milicias patrocinadas por el Estado]” y recibió el “apoyo de Hizbulá y las milicias iraníes” para llevar a cabo una de las peores masacres del conflicto en sus primeros días. Por ello, en el informe, se les acusa de cometer crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra “a escala masiva” contra la población de Daraya. Las casi 50 páginas de resultados muestran que el conjunto de asesinatos, encarcelamientos, desapariciones forzosas, torturas y saqueos constituyeron un “ataque altamente coordinado y sistemático”.

Bombardeos sobre civiles

Las fuerzas del presidente sirio también bombardearon barrios enteros, hospitales y escuelas “con cohetes, misiles y morteros, así como ataques aéreos con helicópteros y aviones de guerra”, recoge el informe. Pese a ser una de las masacres más graves del inicio del conflicto sirio, la comunidad internacional no ha prestado apenas atención a los hechos cometidos en Daraya. Los investigadores esperan que estas conclusiones, publicadas este jueves, sean usadas por organismos de las Naciones Unidas y otras instituciones legales para procesar a algunos de los responsables.

“Testigos entrevistados en esta investigación expresaron sentirse defraudados por la respuesta internacional a la masacre y al conflicto sirio en general, y declararon que dieron su testimonio por un sentido del deber, así como una débil esperanza de que pueda contribuir al logro de la justicia”, denuncian en las conclusiones del informe. “A pesar del paso de 10 años y la recopilación de pruebas sustanciales, la rendición de cuentas y la justicia continúan eludiendo a la gente de Daraya”, concluyen.

Sentido de la justicia

A su vez, defiende que los testigos comparten la “creencia de que su historia, su verdad, no solo es digna de ser documentada, sino que algún día puede ayudar a traer justicia y responsabilidad”. Bajo esta premisa, el informe ha reunido a voces de supervivientes de alrededor del planeta que han decidido hurgar entre sus dolorosos recuerdos con el objetivo mayor de luchar contra la impunidad del régimen de Asad.

Tras más de una década de conflicto en Siria, empiezan a llegar las primeras condenas. A principios de año, Alemania condenó a un exagente del presidente sirio a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad, en el primer veredicto contra un alto funcionario del régimen sirio. Los supervivientes de Daraya esperan que pronto sea su turno.