Túnez llamó este sábado a consultas a su embajador en Rabat por la crisis desatada con el recibimiento oficial del presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Gali, por parte del jefe de Estado tunecino, Kais Said, para participar en una cumbre sobre el desarrollo de África en la capital tunecina.

El Ministerio de Exteriores tunecino expresó su "asombro" y consideró que "no existe una justificación lógica" para la reacción marroquí, que este viernes llamó a su embajador ante Túnez, Hassan Tarik, y suspendió su participación en la cumbre al considerar la presencia de Gali como "una actitud hostil y perjudicial para las relaciones de fraternidad que los dos países siempre han tenido".

"Mientras Túnez afirma su voluntad de preservar sus relaciones amistosas, fraternales e históricas con el pueblo marroquí, rechaza categóricamente los comentarios contenidos en la declaración marroquí acusando a nuestro país de adoptar una postura agresiva hacia Marruecos y de perjudicar los intereses marroquíes", declaró Exteriores en un comunicado.

En la nota, califica de "falacias" la declaraciones de Marruecos que aseguró que Túnez "decidió de forma unilateral invitar a la entidad separatista" (RASD) en la octava edición de la Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo Africano (TICAD) que se celebra hasta mañana domingo en Túnez con jefes de Gobierno y Estado de la región.

Túnez defendió que mantiene "su completa neutralidad en la cuestión del Sáhara Occidental respetando la legitimidad internacional" y que, "contrariamente a lo afirmado en el comunicado marroquí", la Unión Africana, en calidad de participante principal, invitó a todos sus miembros, incluida la RASD.

Exteriores añadió que la República Saharaui había participado previamente en la TICAD, tanto en Kenia en 2016 como en Japón en 2019, así como en otras reuniones regionales como la Cumbre Africano-Europea.

Marruecos regresó a la Unión Africana en 2017, una organización que abandonó tres décadas antes por el ingreso de la RASD como miembro.

En la cuestión del Sáhara Occidental, vigente desde 1975 y pendiente de descolonización, Marruecos defiende un plan de autonomía dentro de sus fronteras, que propuso en 2007 ante la ONU, mientras que el Frente Polisario pide celebrar un referéndum de autodeterminación con opción de independencia.

Rabat optó en los últimos años por una línea diplomática más agresiva en la defensa de su soberanía sobre la excolonia española.