Unos 50 millones de italianos tienen un mes a partir de este jueves para decidir si le entregan el poder a la coalición más derechista de la historia republicana de Italia. Este es el desenlace más probable de las elecciones generales que se llevarán a cabo el próximo 25 de septiembre. Lo han anunciado la mayoría de los análisis y el grueso de los sondeos, después de la repentina crisis política que se abatió en julio sobre Mario Draghi. El terremoto provocado por la caída del Gobierno del exjefe del Banco Central Europeo ha dado alas a una probable victoria de la alianza liderada por Giorgia Meloni, líder del posfascista Hermanos de Italia, y Matteo Salvini, el jefe de la Liga, con todas las consecuencias imprevisibles para la Unión Europea.

La campaña electoral, que se abre esta semana después de la presentación de las listas con los políticos elegidos por los partidos para concurrir en los comicios, ha iniciado con golpes bajos. Hermanos de Italia la abrió con un vídeo de la violación de una mujer por parte de un "demandante de asilo", según Meloni, en plena calle en una ciudad italiana supuestamente para denunciar una inmigración fuera de control en el país, algo que no ratifican los datos. La difusión generó de inmediato una gran indignación en toda la península transalpina. Posteriormente, la víctima denunció haber sido reconocida por las imágenes difundidas, lo que le ha hecho temer represalias.

"No hay motivo por el cual tenga que pedir perdón. El vídeo ya había sido publicado", se ha justificado la política ultraderechista, cuyo tuit fue incluso eliminado por Twitter y llevó a que algunos pidiesen que se retire de la carrera electoral. En otra publicación, luego borrada por la propia formación, se condenaba también a los jóvenes que sufren de drogadicción, alcoholismo, bulimia, anorexia, obesidad e incluso hikikomori, un fenómeno por el cual las personas se retiran de la sociedad y viven aisladas. En la misma línea de provocación, Meloni celebró uno de sus principales mítines de esta semana en Las Marcas, región que Hermanos de Italia conquistó hace dos años y cuya actual Administración se ha opuesto a la distribución de la píldora abortiva RU486, así como también ha hostigado la Marcha del Orgullo.

La guerra de Ucrania y las secuelas de la pandemia contribuyen a acrecentar la tensión

El posible antídoto

El ex primer ministro Enrico Letta, político moderado de cultura socialdemócrata que en marzo pasado tomó las riendas del progresista Partido Democrático (PD) —cuando su antecesor se retiró quejándose de peleas internas—, es de momento el único antídoto. Su partido, nacido en 2007 de la fusión de los herederos la Democracia Cristiana (DCI) y el también extinto Partido Comunista Italiano (PCI), se coloca en la actualidad en la cima de la intención de voto junto a Hermanos de Italia. Sin embargo, la ausencia de figuras de centro y de izquierda dispuestas a coexistir y ceder cuotas de poder ha hecho fracasar en estas semanas los intentos de Letta para crear una coalición suficientemente sólida para hacer frente a la derecha. La razón es también un ideario político que ha perdido fuelle en las zonas más periféricas y en las franjas de la población más pobres.

En un escenario marcado por la guerra en Ucrania y las consecuencias aún presentes de la pandemia, la tensión en Italia es máxima y pocos se esperan días tranquilos. Se tratará de una campaña relámpago en la que, además, la brújula de los sondeos se apagará dos semanas antes de la votación, tal y como establece la ley italiana. Con ello, hasta el final, se mantendrá también la incógnita de la magnitud del triunfo de la fuerza ganadora, que podría no ser tan apabullante y así complicar -una vez más- la gobernabilidad del país.

Reducción de diputados y senadores

La elección también abrirá una nueva era para el Parlamento y la democracia italiana. Será, de hecho, la primera votación después de la reforma de 2020, que recortó en más de un tercio los escaños de las dos Cámaras parlamentarias del país, por un anhelo promovido con firmeza por el populista Movimiento 5 Estrellas. Con ello, el nuevo Congreso italiano pasará a estar integrado por apenas 400 diputados (de 630), y el Senado, por 200 representantes (de 315). Según datos oficiales, esto colocará a Italia en la posición de país con la menor representación de diputados con respeto a su población en Europa (1 por cada 151.000 habitantes), mientras que el recorte de senadores dejará al país penúltimo (1 por cada 302.000 habitantes) en el Viejo Continente junto con Polonia.

En todo caso, como en otras ocasiones, mucho dependerá de los indecisos y de los abstencionistas. En particular este último fenómeno preocupa a los analistas. En las anteriores elecciones, votó solo el 72% de los votantes, un resultado muy por debajo en una Italia en la que antaño se ejercía este derecho masivamente. Por otra parte, habrá que ver qué pasa con los viejos nombres de la política, por ejemplo, con el centrista Matteo Renzi, hoy aliado con otra figura que ha abandonado el PD, Carlo Calenda, y Silvio Berlusconi, líder de Forza Italia (FI) que integra ahora la coalición de Salvini y Meloni. Un ataque el martes con disparos de pistola contra una sede de FI en Reggio Calabria, la región cuna de la Ndrangheta calabresa, ha sido otra señal de tiempos difíciles en Italia.