La población de Kentucky ha comenzado ya las labores de limpieza tras las graves inundaciones de los últimos días que se han saldado con la muerte de 26 personas, según el último balance oficial, aunque todo apunta a que la cifra final será más alta.

"La cifra de muertos ahora mismo es de 26, pero sabemos de que hay más cuerpos y sabemos que va a aumentar. Vamos a seguir hallando cuerpos durante semanas conforme se vayan retirando las aguas", ha explicado el gobernador de Kentucky, Andy Beshear, en declaraciones a la NBC.

"Muchos cuerpos han sido arrastrados a cientos de metros de distancia de donde se perdieron", ha indicado Beshear. Además, ha confirmado que hay cuatro menores entre los fallecidos y que esperan que "seguramente haya al menos un par más".

Muchas zonas están sin suministro de agua ni de electricidad y continúa habiendo tormentas. Para la próxima semana se prevé un aumento de las temperaturas y condiciones aún más difíciles si cabe para las labores de rescate. Hasta ahora se ha rescatado a 1.432 personas en todo el estado, según el último balance de las autoridades estatales.

"Vamos a tardar un tiempo hasta que tengamos una cifra firme" de los desaparecidos, ha añadido Beshear. "Es difícil. Han sido las inundaciones más devastadoras y mortales que hemos visto en nuestra historia. Ha arrasado zonas en las que la gente no tenía casi nada incluso antes" de la inundación, ha apuntado.

Los condados de Breathitt, Clay, Floyd, Johnson, Knott, Leslie, Letcher, Magoffin, Martin, Owsley, Perry, Pike y Wolfe han sido los más afectados por estas inundaciones y serán los primeros en recibir la ayuda federal correspondiente a esta declaración.

Los esfuerzos de rescate, informa CNN, se han visto obstaculizados debido a constantes cortes del suministro de energía que comenzaron el miércoles, al principio de las inundaciones, y han proseguido hasta esta misma madrugada.

Aproximadamente un total 17.000 hogares y negocios se han quedado a oscuras durante esta pasada noche, según PowerOutage.us.

Kentucky se convierte así en escenario de su segunda catástrofe climática en poco más de siete meses, tras la ola de tornados que arrasó el estado en diciembre del año pasado y que dejó al menos 74 muertos.