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Crisis migratoria

La guerra de Ucrania amenaza con provocar un tsunami migratorio desde África

Al menos 25 países africanos dependen directamente del suministro de cereal de Rusia o Ucrania con un tercio del total de las importaciones de trigo

La guerra de Ucrania amenaza con provocar un tsunami migratorio desde África. EFE

La guerra de Ucrania tiene cada vez más implicaciones a nivel geopolítico. La escasez de combustibles y gas por las sanciones impuestas a Rusia, así como la inflación y el alza de precios derivada de la escasez del trigo están llevando a muchos países a una situación límite. Es el caso la mayoría de países africanos, cuya seguridad alimentaria ya peligró a causa del covid, y cuyas hambrunas empujan nuevamente a los ciudadanos desesperados hacia Europa. En los últimos 15 días, la llegada de migrantes hacia el viejo continente ha aumentado un 26%, según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).

Al menos 25 países del continente africano dependen directamente del suministro de cereal de Rusia o Ucrania, con un tercio del total de las importaciones de trigo, mientras que 15 países llegan a importar la mitad de su trigo de estos dos proveedores. Estos datos se desprenden de un estudio de la Unión Europea publicado el pasado mes de marzo en el que se evaluaba el impacto de la guerra de Ucrania sobre el desarrollo y el comercio. Entre 2018 y 2020, África importó 3.700 millones de dólares en trigo de Rusia y 1.400 millones de dólares de Ucrania, un hecho que se torna preocupante con el corte de suministros.

A pesar de ser una región de tierras ricas y vírgenes y de recursos hídricos sin explotar, el continente africano depende en gran medida de la importación alimentaria y "cualquier crisis en la distribución le afectará directamente", asegura Youssef Cherif a El Periódico, analista político especialista en el Norte de África y colaborador del Institut Europeu de la Mediterrània (IeMed). Este flujo, sumado a las sequías y epidemias en el continente de las que organizaciones como Médicos Sin Fronteras han informado, provoca una situación especialmente preocupante. "Incluso los países que dependen de otras fuentes de producción están sufriendo, porque los precios se han disparado a nivel mundial y la mayoría de estos países tienen sus propios problemas económicos estructurales", razona Cherif.

Hambruna en África

Un total de 828 millones de personas se han visto afectadas por el hambre en 2021, 46 millones más que el año anterior y hasta 150 millones más que en 2019, según un nuevo informe de la ONU. Del total, más de un tercio corresponde a África (278 millones). Allí, una de cada cinco personas (el 20,2% de la población) se enfrentaba al hambre en 2021, según el estudio, y todo apunta a que el próximo periodo arrojará cifras todavía más elevadas.

De este modo, si la guerra de Ucrania se sigue prolongando en el tiempo y no se encuentra una solución al flujo mercantil, "las hambrunas tomarán especial relevancia en el continente, algo que puede provocar conflictos y pandemias, así como una fuerte ola migratoria hacia Europa", asegura Cherif. No es de extrañar, pues la historia avala dicha tendencia. "Haciendo un análisis histórico, se ve claro que estas situaciones terminan por generar una tensión social muy importante y ello desestabiliza las regiones pudiendo llegar a producirse golpes de estado, levantamientos o cambios de regímenes…. No hay que olvidar las revueltas árabes de 2011, que se gestaron en un contexto similar en cuanto al problema alimenticio", asegura a este diario Juan Corona, director de la Cátedra de Estudios Mundiales de la Universitat Abat Oliba CEU.

Esa situación amenaza especialmente al Magreb y sur de Europa. La tendencia apunta a que habrá una ola migratoria. "Buena parte de los países afectados son países del entorno del Sahel, la zona al sur del Sáhara o el África subsahariana, y es evidente que una de las soluciones para estas personas es tratar de llegar a Europa", asegura Corona. La distancia a través de Gibraltar es la más reducida para conseguir el objetivo y ello hace prever "fuertes presiones migratorias en los próximos meses", zanja el experto. Según la OIM, solo en España, desde el 28 de junio la llegada de migrantes ha aumentado en un 13%, de los cuales un 36% procede del África subsahariana, otro 31% de Argelia y otro 28% de Marruecos.

Diplomacia tensa

La diplomacia entre los países de Magreb y el Gobierno español no pasa precisamente por su mejor momento. "Se ha producido un cambio de cromos en las relaciones entre España, Marruecos y Argelia", asegura Corona. La prueba clara y más reciente ha sido la actuación de la gendarmería marroquí en el último salto a la valla de Melilla del pasado 24 de junio.

"Los argelinos y marroquís son muy conscientes de la preocupación europea por las migraciones", asegura Cherif. El analista vaticina que Argel presionará a España con respecto a sus relaciones con Marruecos y la cuestión del Sáhara Occidental, y Rabat intentará presionar a Madrid para que mantenga su posición sobre el Sáhara Occidental, y también para tener a España como aliada para aumentar la financiación europea y mitigar las críticas europeas sobre la democratización y los derechos humanos.

Recientemente la OTAN incluyó en su concepto estratégico adoptado el pasado mes de junio en Madrid los retos que se plantean a la vecindad meridional. "Los conflictos, la fragilidad y la inestabilidad en África y Oriente Próximo afectan directamente a nuestra seguridad y la de nuestros socios y proporcionan un terreno fértil para la proliferación de grupos armados no estatales, incluidas las organizaciones terroristas. También permite la interferencia desestabilizadora y coercitiva por parte de competidores estratégicos", alerta el documento. De este modo, se afianza una actitud de vigilancia que la OTAN apenas había materializado en su flanco sur. 

En 2016, se adoptó un enfoque global del problema, y se creó un 'hub' con sede en Italia para controlar estas relaciones entre África y los países de la alianza. El Centro estratégico para el Flanco Sur de la organización (NSD-S, por sus siglas en inglés) ha estado activo desde entonces, pero tomará más relevancia en los próximos periodos. "Alinear los intereses de la OTAN y la UE será una de las claves para el futuro de Europa", asegura Corona. Y más en un área en la que la alianza no está del todo clara. Marruecos, Túnez y Egipto son, en teoría, socios de la OTAN, pero también están tendiendo puentes con Rusia y China (especialmente Marruecos y Egipto) y tienen sus preocupaciones sobre los avances de la OTAN en la región. "Cuanto más se distraiga la OTAN con Ucrania, más se desviará el sur del Mediterráneo por su cuenta. Además, el extremismo violento se está expandiendo en el Sahel, y la posibilidad de que surja un nuevo ISIS allí está creciendo en intensidad", asegura Cherif.

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