La crisis política ecuatoriana no tiene la tregua esperada. El presidente Guillermo Lasso ha aceptado sentarse a dialogar con el movimiento indígena que, desde hace 11 días se encuentra movilizado en Quito y otras partes del país. Como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) exige que se derogue el estado de excepción y el Gobierno se niega por el momento a hacerlo, todo sigue igual o peor, porque la protesta se extiende como el desabastecimiento y el temor a un desenlace que ponga en peligro la institucionalidad.

"Fuera Lasso", volvieron a gritar en la capital miles de personas. Hugo gases lacrimógenos y corridas ante cada acción policial. "Quedará un Gobierno en muerte clínica, con menos del 20 % de apoyo. Si Lasso tuviera algo de responsabilidad y amor patrio, pondría su cargo a consideración con el artículo 148 de la Constitución. Como no lo va a hacer, tendremos que reunir firmas para revocatoria", ha dicho desde su exilio belga el ex mandatario Rafael Correacon la esperanza de ser oído por sus seguidores en la legislatura.

El presidente del Congreso, Virgilio Saquicela, se vio obligado a responder: "nosotros creemos en el Estado de derecho, creemos en la democracia y somos demócratas, partimos del hecho de que el presidente de la República es producto de esa votación popular y por ende debe cumplir su mandato, en eso no tenemos tela de duda; al menos en la Asamblea Nacional no se ha barajado ningún otro escenario o posibilidad". Saquicela reconoció no obstante que existe una "convulsión social" y no ha habido "una capacidad de diálogo de las partes en conflicto" para encontrar una salida consensuada a la crisis.

El pliego de exigencias de la Conaie se encuentra en las antípodas programáticas de un Gobierno de derechas como el de Lasso, en funciones desde hace 13 meses. De un lado reclaman que se reduzca el precio de los combustibles que, como en 2019, encendió la mecha de las protestas. A su vez, se exige apoyo estatal para agricultores, campesinos, transportistas, pescadores, medidas de alivio económico para más de cuatro millones de familias y la posibilidad de que sean renegociadas las deudas que tiene buena parte de la población con bancos públicos, privados y cooperativas. Pero, además, la Conaie solicita "precios justos" para productos como la leche, el arroz, el banano, cebollas, abonos, papas, choclos, y el tomate. Se oponen con vehemencia a que Ecuador firme tratados de libre comercio que afecten la producción nacional y que el Gobierno avance en su política minera y petrolera por los daños que causa al medio ambiente.

Lasso, quien ha contraído el covid-19 en medio de la crisis, ha escuchado en Quito tímidos caceroleos de apoyo a su posición. Los principales diarios del país se han volcado en favor del Gobierno. "El diálogo es algo absolutamente necesario en este momento del país, para dar por terminado el paro nacional que perjudica notablemente a la mayoría de los ecuatorianos que quiere superar la crisis económica y social", dijo el diario capitalino El Comercio. La publicación le pidió a la Conaie que haga concesiones para “salvaguardar la vida de ecuatorianos” y preservar la economía.

Por su parte, El Universo, de Guayaquil, llamó a la Conaie a hacerse eco de la oferta de 300 organizaciones de la sociedad civil que han ofrecido dar las condiciones para realizar el diálogo. La respuesta de Leonidas Iza, añadió, "ha sido insistir en el cumplimiento de las demandas de su movimiento e ignorar las afectaciones causadas a los 17 millones de ciudadanos, que precisan de tranquilidad para vivir, estudiar, trabajar y contribuir al desarrollo del Ecuador, que debe recuperarse de la pandemia y del coletazo de la invasión armada de Rusia a Ucrania".