Corea del Sur y EE.UU. realizaron este martes maniobras conjuntas con cazas sobre el mar de Japón (llamado mar del Este en las dos Coreas) en respuesta a los lanzamientos de misiles que el régimen norcoreano llevó a cabo el pasado domingo, según confirmó a Efe el Ministerio de Defensa sureño.

Las maniobras incluyeron, por parte surcoreana, cazas furtivos de quinta generación F35, uno de los activos militares que más protestas suelen desatar por parte de Corea del Norte.

La fuerza aérea surcoreana también movilizó cazas F-15 y F-16, al tiempo que Estados Unidos aportó sus propios F-16, detalló un portavoz del Ministerio de Defensa en Seúl, que explicó que la demostración se ejecutó "en respuesta a las provocaciones llevadas a cabo por Corea del Norte el fin de semana".

En total, unas 20 aeronaves participaron en estos ejercicios, que llegan apenas un día después de que los aliados dispararan ocho misiles balísticos de corto alcance (SRBM) del sistema ATACMS.

El ensayo de la víspera pretendía ser también una respuesta a los ocho misiles SRBM lanzados por Pionyang el domingo, en lo que supuso la mayor secuencia de lanzamientos en un solo ensayo por parte del régimen en este 2022.

La prueba norcoreana tuvo lugar a su vez días después de que Seúl y Washington celebraran maniobras marítimas junto al archipiélago nipón de Okinawa que incluyeron la participación del portaaviones de propulsión nuclear USS Ronald Reagan.

Los aliados han comenzado a desplegar más y más activos militares en sus respuestas a los ensayos de armas norcoreanos desde que llegó a la presidencia sureña el pasado 10 de mayo el conservador Yoon Suk-yeol, que ha prometido endurecer su postura ante Pionyang con respecto a su antecesor, Moon Jae-in.

A su vez, el presidente estadounidense, Joe Biden, prometió a Yoon en su visita a Seúl a finales del mes pasado que EE.UU. ayudará a fortalecer la postura "disuasoria" de ambos ejércitos en la península con el traslado y despliegue de activos estratégicos que el Pentágono tiene en la región del Indopacífico en función de las acciones del régimen norteño.

Corea del Norte, que se mantiene cerrada a cal y canto desde 2020 por la pandemia, ha ignorado las llamadas para reavivar el estancado diálogo sobre desarme y aprobó el año pasado un plan de modernización armamentística que está detrás de un número récord de lanzamientos de misiles realizados este año y los preparativos para un nuevo test nuclear que se cree inminente.