Boris Johnson recibió este lunes un castigo contundente a manos de sus propios diputados. El primer ministro superó la moción de censura interna tras el escándalo de las fiestas en Downing Street durante la pandemia, pero la votación se saldó con 211 votos a favor y 148 en contra. El 40% de los miembros del grupo parlamentario votaron por su destitución. El resultado es peor del alcanzado en 2019 por Theresa May. Johnson, sin embargo, lo calificó de "extremadamente positivodefinitivo". "Nos permite seguir adelante, unirnos y concentrarnos en cumplir con nuestras tareas", dijo en una declaración tras conocer el resultado de la votación. El jefe de la oposición, Keir Starmer, considera en cambio que el país debe elegir entre los "'tories' divididos" o "un partido laborista unido". Johnson necesitaba al menos 180 votos para mantenerse en el cargo. Lo abultado de la rebelión vaticina que tendrá muchas dificultades para gobernar a partir de ahora.

Graham Brady, el presidente del Comité 1922, integrado por diputados conservadores sin cargo en el Gobierno, anunció la celebración de la moción de censura después de haber recibido al menos 54 cartas de diputados retirando su confianza al líder. "Se ha superado el umbral del 15% del partido parlamentario que busca un voto de censura contra el líder del Partido Conservador. En virtud de las reglas se realizará una votación entre las 18.00 y las 20.00 horas del lunes", señaló Brady. "Notifiqué ayer al primer ministro que se había alcanzado el número necesario y estuvimos de acuerdo en cuando llevar a cabo la votación. Comparte conmigo, y lo indican las normas, que ese voto se debe realizar lo antes posible y va a ser hoy”. Más tarde se supo que Brady había comunicado a Johnson la noticia por teléfono, horas antes del último desfile del Jubileo al que asistió junto a su esposa, Carrie.

Reunión del grupo parlamentario

A lo largo del lunes Johnson envió una carta a los diputados pidiéndoles su apoyo, firmada personalmente por él. La votación es la oportunidad "para dejar atrás los asuntos de los que nuestros oponentes quieren que hablemos" y de centrarse "en los asuntos que realmente preocupan" a los votantes, decía.

Dos horas antes del inicio de la votación se reunió con el grupo parlamentario conservador en un último intento de persuadir a los indecisos. Johnson prometió bajar impuestos y un gran paquete económico que presentará la próxima semana. Nadie en el Partido Conservador, argumentó, posee una visión alternativa para sustituirle y advirtió de que si hay un debate fratricida sin sentido, los laboristas ganaran las próximas elecciones. Cuando le preguntaron por su conducta, descrita en el informe de Sue Gray sobre las fiestas. Johnson dijo: "Volvería a hacerlo". Cuatro diputados presentes confirmaron esas palabras de las que también se hizo eco el periodista de 'The Times' Patrick Maguire.

Varios miembros del Gobierno se apresuraron a mostrar su apoyo a Johnson. Lo hizo la ministra de Exteriores, Liz Truss, y el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, durante meses el mejor colocado como aspirante potencial al liderazgo. Ahora, en cambio, ha caído en picado en los sondeos de popularidad. El titular de Sanidad, Sajid Javid, dejó clara su adhesión, al igual que el ministro de Justicia, Dominic Raab.  

Repudio y dimisión

Otros pidieron en voz alta la salida de Johnson. Fue el caso de los diputados Jesse Norman y Andrew BridgeJeremy Hunt, con aspiraciones de liderazgo, declaró públicamente que votaría contra el primer ministro. "Los diputados conservadores saben de corazón que no estamos dando a los británicos el liderazgo que merecen", afirmó. John Penrose dimitió del cargo de "Campeón de la Anticorrupción", y declaró que, Johnson "también debe dimitir" porque se ha saltado el código ministerial que regula el buen comportamiento de los políticos.

El llamado 'partygate' ha provocado una enorme ola de repudio entre sus propios diputados y entre los ciudadanos. Durante los festejos del Jubileo de Platino de la reina Isabel, Johnson fue abucheado en las dos ocasiones que apareció en público, con su mujer. En un sondeo de urgencia realizado el mismo lunes por Opinium entre 2.062 adultos, el 59% se mostró partidario de que Johnson se marchara y sólo el 28% habló en favor de que permaneciera en el puesto.