Los colombianos acudieron este domingo a las urnas con horizontes contradictorios: unos votaron a favor de una posibilidad, esta vez cierta, de transformaciones, encarnada por el izquierdista Gustavo Petro. Otros se aferran a preservar cosméticamente y con mayor dosis caritativa los cimientos de un país que tiene las instituciones más estables de la región, pero, a la vez, está atravesado por la violencia de toda clase y ha llegado la contienda con un 40% de pobres. Salvo que el escrutinio concluya este lunes con un milagro y Petro se imponga en el primer turno, los colombianos pasaran la noche a la espera de saber si el candidato del Pacto Histórico competirá el 19 de junio con Federico Fico Gutiérrez, el abanderado de la derecha tradicional, o se terminará por consumar la sorpresa que ha encarnado en la recta final de la campaña electoral Rodolfo Hernández, una suerte de trumpismo autóctono que, sin programa de Gobierno, mucho tiktok y la promesa de convertir a los ciudadanos en potentados como él en un abrir y cerrar de ojos, ha alterado el mapa de las predicciones.

Un hilo secreto parece conectar a diferentes sectores de la sociedad, más allá de su opción electoral: la creciente desconfianza en la democracia como sistema capaz de colmar sus expectativas. Un mes antes de los comicios el Barómetro de las Américas, elaborado por la Universidad de Vanderbilt, dio cuenta de que el 78% de los colombianos cree que buena parte de la dirigencia política es corrupta. Otro sondeo de las vísperas no hizo más que confirmar una sensación de pesimismo: las nuevas generaciones, que salieron a la calle e hicieron cimbrar al Gobierno de Iván Duque en 2019 y dos años más tarde, no confían en vivir mejor que sus padres.

Los mensajes de los candidato

Como si auscultara esos temores, Petro dijo a través de las redes sociales que confía en su pueblo y es "hora de hacer realidad los sueños". El Pacto Histórico parece captar mejor el estado de ánimo de aquellos que protagonizaron hace un año el estallido social, un movimiento que ha lanzado una inédita impugnación en las calles a las élites económicas. Gutiérrez pidió construir "un país diferente" y Hernández auguró un domingo "histórico".

De acuerdo con el Barómetro de las Américas, solo el 18% de los consultados estima que los votos de una elección se cuentan correctamente. El temor a anomalías se hizo patente días atrás al conocerse que el Consejo Electoral desistió de contar con una auditoría externa de los comicios. "Votemos con entusiasmo, sin odio y sin sesgos", dijo Duque y llamó a transitar la jornada en paz para demostrar "la fortaleza de sus instituciones". Unos 160.000 ciudadanos se inscribieron como testigos para vigilar la contienda. Casi la mitad de ellos representan al Pacto Histórico.

La observación electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA) le pidió al Gobierno de derechas que garantice "sin excepción" la seguridad de los votantes a nivel nacional. Más de 3.500 observadores de la UE se encuentran en 467 municipios del país. La misión europea ha identificado 375 municipios con algún nivel de riesgo, mientras que 95 se encuentran en riesgo extremo.