En menos de una semana el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UEJosep Borrell, ha saltado de su despacho en Bruselas al pleno de Estrasburgo, la cumbre de Versalles y la ciudad turca de Antalya para participar en un foro internacional sobre diplomacia. Desde allí habla con El Periódico, antes de iniciar una gira por los Balcanes occidentales. En el centro de todos sus encuentros: la guerra de Ucrania. “Si Putin gana esta guerra y somete a Ucrania estamos abriendo las puertas a la ley de la jungla, a que el más fuerte domine al más débil sin excusa y razón”, alerta el político catalán.

¿Qué diagnóstico hace de la situación militar y humanitaria? 

Está claro que no ha sido una guerra relámpago. Seguramente no esperaban una resistencia tan fuerte y el ejército ruso tampoco está demostrando una gran capacidad operativa. Como no puede ganar territorio, cuando hay enfrentamiento sobre el terreno no rompe las líneas defensivas y hace lo que hace un ejército basado en la artillería: bombardear como hicieron en Siria y Chechenia. Sistemática e indiscriminadamente como estamos viendo, destruyendo objetivos civiles y causando un enorme número de víctimas. En este momento, lo más preocupante es la situación humanitaria en las ciudades rodeadas, con temperaturas de 20 grados bajo cero, sin gas, ni electricidad, sin agua y con los corredores humanitarios sin funcionar. 

Le preocupa la llegada de soldados de Oriente Próximo. ¿Por qué un ejército como el ruso necesitaría 16.000 soldados sirios para luchar en Ucrania? 

No tengo confirmación. Es difícil de verificar pero todo indica que están teniendo más bajas de las que pensaban, que han perdido mucho material, que su aviación no está resultando efectiva, no tiene el control del espacio aéreo.

Los rusos controlan las centrales nucleares de Zaporiyia y Chernóbil. ¿Hay riesgo de incidente nuclear?

He hablado con el director de la Agencia Internacional de Energía Atómica, que estaba muy preocupado antes de ayer por las noticias que llegaban, pero me tranquilizó diciendo que ciertamente había un riesgo pero que, de momento, la situación está bajo control.

No envían aviones ni garantizan la zona de exclusión aérea que pide el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, pero elevan a 1.000 millones el dinero para comprar armas a Ucrania y aprueban un cuarto paquete de sanciones. ¿Por qué no bloquean las importaciones de gas y petróleo? ¿No es seguir dando carta blanca a Putin?

Dar carta blanca significaría que no estamos haciendo nada. Estamos haciendo todo lo que podemos desde la perspectiva militar, contribuyendo a facilitar la resistencia de los ucranianos con material militar, teniendo cuidado de no extender la guerra a otros países, y evitando una confrontación que pueda derivar en una confrontación nuclear. Cuando alguien pide una zona de exclusión aérea eso implica tener la capacidad y voluntad de derribar los aviones rusos que la violen. Sería extender el conflicto a una Tercera Guerra Mundial y es evidente que no queremos hacerlo. Nos movemos en el límite de lo que podemos para ayudar, sin entrar en una situación de beligerancia y formar parte del conflicto. Las sanciones no tienen capacidad de parar la guerra de la noche a la mañana pero tienen la capacidad de debilitar la economía rusa y le van a costar muy caro a Rusia. Nos queda el tema de las importaciones de energía pero vamos a reducirlas todo lo rápido que se pueda. 

¿Puede Putin ganar esta guerra? 

Pensaba que Ucrania era débil, se rendiría en días, que los occidentales estaríamos divididos, que no seríamos capaces de aplicar sanciones tan fuertes en sus efectos económicos y financieros. Se ha equivocado en todo. Ucrania resiste y nosotros haremos lo posible para ayudarla, desde el punto de vista de medios militares, sanciones y presión diplomática internacional sobre Rusia, intentando aislarla de la comunidad internacional. En Naciones Unidas ha habido una repulsa total y hay que seguir aislando al régimen de Putin para demostrar el rechazo del mundo. Si Putin gana esta guerra y somete a Ucrania estamos abriendo las puertas a la ley de la jungla, de que el más fuerte puede dominar al más débil sin excusa y razón.

China no parece convencida de su lectura.

China no ha apoyado a Rusia. Pocos días antes del inicio de la guerra, Putin firmó un acuerdo de partenariado con China que va muy lejos, pero China no ha apoyado a Rusia, no ha votado a su favor y es muy significativo. Es un país que puede jugar un papel y probablemente lo juegue porque no todo lo que ocurre se conoce.

El Tribunal Penal Internacional (TPI) ha empezado a recabar pruebas de posibles crímenes en Ucrania. ¿Hay que juzgar a Putin? 

Lo que está ocurriendo merece ser investigado desde el punto de vista de que constituyan crímenes de guerra y ya están el TPI y el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Nosotros estamos examinando cómo apoyar mejor al tribunal, incluso en lo que se refiere a conservación de pruebas.

En dos semanas hemos visto una unidad sin precedentes y el compromiso para gastar más en Defensa. ¿Qué significa para los planes de la UE y la brújula estratégica?

Dijimos que Europa está en peligro y muchos pensaron que era un eslogan para vender la mercancía (el plan de Defensa), pero desgraciadamente los hechos nos han venido a dar la razón. La sociedad europea se enfrenta a un entorno muy peligroso. Desde el Sahel y la costa oeste de África, hasta Oriente Medio y el Cáucaso. Es políticamente inestable, sacudido por muchas dinámicas peligrosas y cada vez mayores, alimentadas por cambios estructurales como el cambio climático, inestabilidad política e influencia creciente de Rusia en muchas partes del continente africano. Estamos negociando en Viena, intentando revivir el pacto nuclear con Irán. Hemos tenido que suspender unos días las negociaciones por la crisis ucraniana pero, si lo conseguimos, disminuiremos mucho los niveles de riesgo a los que se enfrenta la sociedad europea. Los europeos tienen que tomar conciencia de que el mundo en el que viven es un mundo peligroso y hay que estar preparados para hacerle frente. 

Dice que el objetivo no es tumbar a Putin sino presionar. ¿Ve posible una rebelión interna en Rusia en respuesta al aislamiento internacional?

Nuestro objetivo es que se respete la legalidad internacional y se acabe con la invasión de Ucrania y el sufrimiento injustificado del pueblo ucraniano. Lo que pase en el sistema político ruso es un tema de los rusos. No sancionamos a Rusia para cambiar su régimen político pero es evidente que estamos castigando con nuestras sanciones a los oligarcas, que son las base del apoyo político a Putin. No queremos la guerra con Rusia, no queremos causar daño al pueblo ruso, sino debilitar la dirección política responsable de lo que está pasando en Ucrania.

¿Emmanuel Macron debe seguir hablando con Putin o es una estrategia equivocada?

Todos los contactos diplomáticos que se puedan desarrollar son necesarios. Hay que intentarlo todo porque el único que puede parar la guerra es Putin. Él la ha empezado, es su guerra y quién la puede parar es él.

La UE ha descartado una adhesión exprés de Ucrania. ¿Zelenski debe renunciar a su incorporación a la UE o la OTAN y optar por la neutralidad para obtener la paz?

Respecto a la entrada en la UE, no veo por qué tiene que renunciar a algo que no tiene ninguna dimensión militar. No creo que la justificación de la guerra se pueda encontrar en la hipotética pertenencia de Ucrania a la OTAN, que no estaba en absoluto en la agenda. Y nadie puede impedir que Ucrania forme parte de la familia europea porque es parte de la familia europea. Nadie tiene que dar permiso. Quiere vivir en un sistema de libertades públicas donde la gente elige sus gobiernos y una economía de mercado. Es lo que no le gusta a Putin porque es tener a parte de la población eslava viviendo bajo un sistema político que ofrece más libertad, derechos y prosperidad. Es la verdadera amenaza que Putin cree que es Ucrania.