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Entrevista

Andrei Grachev: "El objetivo de Putin es asegurar el lugar de Rusia en el nuevo mundo del siglo XXI"

"Rusia no está moviéndose hacia el siglo XXI sino hacia el XIX, hacia la Unión Soviética y el tiempo del imperio ruso", asegura el asesor y portavoz de Gorbachov

Andrei Grachev, analista político ruso y asesor y portavoz de Mijaíl Gorbachov.

Andrei Grachev fue asesor y portavoz del último presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, en los años finales de su mandato. Actualmente vive en París y es profesor del grado de Relaciones Internacionales de la Universitat Blanquerna. En su último libro 'Le jour ou l'URSS a disparu' (El año en que la URSS desapareció, editorial L'Observatoire) ofrece algunas razones que explican la crisis entre Rusia y Ucrania. Atiende a EL PERIÓDICO, diario perteneciente al mismo grupo editorial que este medio, por teléfono desde la capital francesa.

La abrupta desintegración de la Unión Soviética dejó muchos asuntos sin resolver. ¿El conflicto actual es una consecuencia de ello?

Es simbólico que la crisis entre Rusia y Ucrania haya empezado exactamente cuando se cumplen 30 años de la disolución de la URSS. Aquella súbita ruptura y disolución de la Unión Soviética, que también interrumpió el proceso de reformas políticas de Gorbachov, dejó tras de sí numerosos problemas y conflictos territoriales e interétnicos en el territorio de la antigua URSS y creó nuevos centros de tensión. En estos 30 años ha habido la guerra en Chechenia, la guerra entre Rusia y Georgia, problemas en Moldavia,... incluso los recientes acontecimientos en Kazajistán evidencian que todos estos asuntos pendientes no están resueltos. Pero Ucrania permanece como el más candente de todos porque fue uno de los factores centrales que llevaron a la ruptura de la URSS cuando declaró en diciembre de 1991 su independencia. Durante estos 30 años hemos tenido altibajos en la relación entre Rusia y Ucrania. No obstante, Ucrania es solo una parte del puzle de esta crisis. Porque la disolución de la Unión Soviética permitió un nuevo tipo de relaciones entre el nuevo estado de Rusia y Occidente, y en particular, las relaciones entre Rusia y los miembros de la OTAN. Rusia no fue admitida en las estructuras de seguridad creadas tras el fin de la Guerra Fría y la OTAN se expandió en el antiguo territorio del Pacto de Varsovia y su esfera de influencia.

¿Cuál cree que es el objetivo último de Vladímir Putin con esta ofensiva?

El propósito declarado de Putin con esta operación especial es neutralizar la amenaza que él cree que supone Ucrania a dos niveles. El primero, por la amenaza contra la población de habla rusa en las regiones del este de Ucrania, y en un segundo nivel, por la anunciada intención de Ucrania de sumarse a la OTAN, lo que implicaría para Putin una especie de peligro existencial para Rusia. Para neutralizar estas potenciales amenazas, Putin cree que puede comportarse más o menos como John F. Kennedy en 1962 en la crisis de los misiles cubanos, cuando Kennedy declaró que la instalación de los misiles soviéticos en Cuba era una amenaza existencial para EEUU. Pero más allá de este objetivo declarado, creo que para Putin esta es la manera de asegurar el nuevo lugar de Rusia en el nuevo mundo del siglo XXI. Putin cree que la única manera de hacerlo y garantizar para Rusia un sitio en la futura confrontación entre los nuevos poderes de EEUU y China es reconstruir el imperio ruso.

EEUU y la UE ya han impuesto duras sanciones a Rusia. Pero, ¿van a conseguir detener a Putin?

No creo que las sanciones económicas por sí solas afecten al desarrollo de este conflicto, al menos en el corto plazo. Rusia ha estado bajo sanciones desde 2014, cuando se anexionó Crimea, y en cierto modo estas han hecho a la economía rusa más independiente de los mercados mundiales. Pero en el largo plazo, Rusia no podrá evitar los dramáticos efectos de las sanciones porque vivimos en un mundo con una economía global. Ya no estamos en la Guerra Fría y Rusia no es la Unión Soviética que podía vivir como una isla desierta rodeada de países capitalistas. En el largo plazo, Rusia se verá obligada a reconstruir las relaciones con Occidente y las economías occidentales también estarán interesadas en la participación de Rusia en la economía mundial por los efectos sobre la energía, la producción de grano y otros recursos minerales. Lo que es cierto es que las sanciones económicas van a impactar más en la población rusa que en el liderazgo que es responsable de este conflicto.

¿Podemos saber qué consecuencias va a tener esta invasión?

Es demasiado temprano para hablar de consecuencias porque la invasión acaba de empezar y el potencial fin no está claro. ¿Cuáles van a ser los resultados y la meta real de esta acción? ¿Va a ser la ocupación de toda Ucrania o solo la neutralización del potencial militar ucraniano? ¿Va a transformarse Ucrania en una especie de protectorado de Rusia con la instalación de una nueva administración? ¿Va a cambiar el régimen en Ucrania? Todavía no hay respuestas para estas cuestiones, pero lo que es obvio es que las relaciones entre Rusia y el mundo occidental sufrirán mucho. Rusia será aislada y se convertirá en una especie de paria del mundo. Y Putin será etiquetado en la misma categoría de otros líderes como el norcoreano Kim Jong-un, Sadam Husein o Slobodan Milosevic.

¿El mundo va a volver a una nueva guerra fría o, por el contrario, el conflicto se extenderá a otros países?

De nuevo es pronto todavía para responder a esta cuestión. La Guerra Fría se asemeja a la situación actual en lo referente a la tensión política entre Rusia y el resto del mundo. Desde este punto de vista, la guerra fría ya está aquí, aunque sea diferente de la primera por la ausencia del conflicto ideológico. Y gracias a Gorbachov, ya no estamos ante la amenaza de una guerra global entre superpoderes nucleares. Sin embargo, al mismo tiempo, hay una situación que es peor que en la Guerra Fría porque ya estamos en el inicio de una guerra caliente y no sabemos la dimensión que tendrá. También hay amenazas de uso de otras armas. Putin declaró abiertamente que Rusia protegerá sus intereses y llegó a mencionar las armas nucleares. ¿Es solo una especie de presión psicológica, un chantaje o diplomacia de póquer? No lo sabemos pero nadie está dispuesto a comprobarlo.

Usted fue un testigo en primera línea de la Perestroika y todos los cambios que implicó para la sociedad rusa. Putin ha revertido muchos de ellos.

La evolución de Rusia tras la disolución de la URSS, empezando por los años de [Boris] Yeltsin, ya empujaba a Rusia en dirección opuesta a la que sugirió Gorbachov y la Perestroika. La intención de Gorbachov era la de modernizar la sociedad rusa y hacerla parte del mundo global y de la comunidad europea. Aquello no sucedió y la evolución iniciada primero por Yeltsin y continuada por Putin está llevando a Rusia hacia atrás tanto en lo histórico como en lo político. Rusia no está moviéndose hacia el siglo XXI sino hacia el XIX, hacia la Unión Soviética y el tiempo del imperio ruso. Es una evolución muy arriesgada y lamentable.

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