El ministro de Asuntos de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó este viernes que "si depende de Rusia no habrá guerra", en una entrevista con medios locales trasmitida en directo.

El jefe de la diplomacia rusa respondió así a una pregunta directa de si habrá guerra debido a las tensiones con Occidente y en torno a Ucrania. "Si depende de Rusia no habrá guerra. No queremos guerras. Pero tampoco permitiremos que se ignoren y se pisoteen groseramente nuestros intereses", dijo Lavrov.

Según el ministro, las respuestas de Estados Unidos a las exigencias de garantías de seguridad presentadas por Rusia son "bastante confusas" pero contienen elementos racionales en "asuntos secundarios", como en el relativo al emplazamiento de misiles de corto y medio alcance.

Agregó que el debate sobre estos misiles fue rechazado por EEUU en los últimos años y "ahora proponen abordarlo".

Las garantías de seguridad exigidas por Rusia incluyen poner freno a una mayor expansión de la Alianza, en particular a Ucrania y Georgia, el cese de toda cooperación militar con las antiguas repúblicas soviéticas y la retirada de las tropas y armamentos de la OTAN a las posiciones que ocupaban antes de 1997.

En cuanto a la amenazas de nuevas sanciones estadounidenses contra Rusia, que incluyan a sus dirigentes y la desconexión del país de los sistemas financieros internacionales, Lavrov indicó que ello "equivaldría a la ruptura de relaciones".

Igual que en abril

El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, afirmó este viernes que la situación en la frontera con Rusia es prácticamente la misma que en abril de 2021, cuando Moscú también había concentrado más de 100.000 tropas cerca del territorio del país vecino.

"La cantidad (de tropas) entonces y ahora es parecida. Lo que cambia es la reacción", dijo Reznikov al comparecer en la Rada Suprema (Parlamento) ucraniano para analizar las tensiones con Rusia.

El ministro agregó que la principal diferencia entre lo que ocurrió hace casi un año y ahora es "la intensidad de las medidas híbridas" en torno a la crisis, "principalmente, las informativas" y su impacto sobre la situación macroeconómica.

Reznikov precisó que actualmente en la frontera con Ucrania hay "unos 112.000 uniformados rusos", que junto con "la componente aérea y naval" equivaldría a unas 130.000 personas. "En abril del año pasado eran 126.000 personas", señaló.

Con todo, aseguró que Kiev sigue atentamente el desplazamiento de tropas en territorio de Bielorrusia, que acogerá entre los días 10 y 20 de febrero maniobras militares ruso-bielorrusas de gran envergadura, que ya fueron calificadas de "preocupantes" por Occidente.

Las tensiones por la presencia rusa en la frontera con Ucrania se reavivaron a finales de 2021, pero ya fueron motivo de preocupación en abril de 2021, cuando Kiev informó de la concentración de más de 100.000 militares rusos en la región. Según Washington, se trataba de la mayor acumulación de efectivos rusos en la frontera con Ucrania desde el conflicto armado de 2014.

Moscú señaló en aquel momento que realizaba ejercicios en respuesta a las "actividades militares amenazantes" de la OTAN cerca de sus fronteras, que incluían unas maniobras de la Alianza en países de Europa oriental. A la vez, en los meses posteriores la situación no dio motivos para temer el reinicio de acciones bélicas en la región porque Rusia replegó sus fuerzas.

Moscú reivindica el derecho a celebrar ejercicios militares en su territorio y el de sus aliados y asegura que estos no representan una amenaza para nadie.