Rusia advirtió este miércoles de que no se quedará de "brazos cruzados" ante las acciones de Occidente, al que acusó de intentar obtener ventajas unilaterales y de incitar a Ucrania a provocar a Moscú.

"No nos quedaremos de brazos cruzados", subrayó el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, al referirse a las presiones occidentales para lograr una "mayor contención de Rusia", en una intervención en la Duma del Estado, la camára baja del Parlamento ruso.

El jefe de la diplomacia rusa denunció que Occidente incrementa la presión político-militar sobre Rusia. "Basta ver las maniobras cada vez más provocadoras junto a nuestras fronteras, la atracción a la órbita de la OTAN del régimen de Kiev, los suministros de armas, y cómo lo incitan a efectuar provocaciones directas contra la Federación de Rusia", dijo.

Advirtió de que Rusia adoptará las "necesarias medidas de respuesta" si no recibe de Occidente una "contestación constructiva" a sus demandas de garantías de seguridad, que el Kremlin espera esta semana.

El ministro insistió en que Moscú no permitirá que se eternice el debate de las propuestas de garantías de seguridad presentadas a Estados Unidos y la OTAN, y espera que cumplan la promesa de responder a estas por escrito. "En dependencia del contenido de esa respuesta, que se espera esta semana, junto nuestros colegas de otras instituciones, vamos a preparar propuestas para el presidente (Vladímir Putin),

Las garantías de seguridad exigidas por Rusia incluyen poner freno a una mayor expansión de la Alianza, en particular a Ucrania y Georgia, el cese de toda cooperación militar con la antiguas república soviética y el repliegue de las tropas y armamentos de la OTAN a las posiciones que ocupaban antes de 1997.

"Políticamente destructivo"

El Kremlin consideró que sancionar directamente al presidente ruso, Vladímir Putin, en caso de que éste decida invadir Ucrania, sería "políticamente destructivo", pero no doloroso. "No es doloroso, es políticamente destructivo", señaló en su rueda de prensa telefónica diaria el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.

El presidente de EEUU, Joe Biden, dijo el martes que estaba preparado para sancionar directamente a Putin, algo que sus antecesores han evitado.

Peskov señaló que además los llamamientos a "congelar los activos de Putin" no tienen sentido porque el mandatario tiene su dinero en el banco Rossiya, que ya está bajo sanciones occidentales. Preguntado si el presidente de Rusia todavía podría recibir su salario en ese banco, el portavoz respondió: "Absolutamente".

Peskov añadió que sanciones al liderazgo en general de Rusia tampoco serían dolorosos para ellos. "Mire, digamos que los congresistas y senadores estadounidenses que no están completamente familiarizados con este tema hablan de congelar activos de dirigentes rusos, cuentas bancarias, bienes raíces, entre otros, pero esto, aparentemente, se debe al hecho de que no tienen suficiente conocimiento", recalcó.

Explicó que desde hace mucho la legislación rusa prohíbe a los altos cargos y funcionarios del país tener activos en el extranjeros. "Y por lo tanto, el planteamiento de esa cuestión (la congelación de activos) no es absolutamente dolorosa para nadie", apuntó el portavoz.

Confianza en el diálogo

El Kremlin expresó también su deseo de que la reunión este miércoles en París entre los asesores políticos de los líderes de Francia, Alemania, Rusia y Ucrania, el conocido como Formato de Normandía para la paz en el Donbás, genere "el resultado máximo" posible en medio de las tensiones actuales.

"Espero que haya un diálogo bueno, abierto, con el máximo grado de eficacia posible", señaló el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria. "Qué significa grado máximo posible, es muy difícil de decir ahora", añadió.

Los asesores políticos de los líderes de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania, del llamado Formato de Normandía, se reunirán este miércoles en París para tratar de desatascar el proceso de paz para el Donbás, donde se enfrentan desde 2014 el Ejército ucraniano y los separatistas prorrusos. Todo ello en medio de las tensiones en torno a Ucrania por el despliegue de más de 100.000 soldados rusos cerca de la frontera con el país vecino.

La última reunión presencial del Formato de Normandía a nivel de asesores políticos tuvo lugar el 12 de enero de 2021 en Berlín. Después, los contactos dentro del Cuarteto se celebraron de forma telemática. Alemania y Francia quieren revivir el Formato de Normandía, cuya última cumbre a nivel de líderes tuvo lugar en 2019 en París y que desde entonces no ha arrojado mayores avances salvo en el intercambio de presos.

En la primera y última reunión entre los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de Ucrania, Volodímir Zelenski, se acordaron nueve puntos, entre ellos el intercambio de prisioneros según el principio de "todos por todos", la separación de fuerzas en tres zonas de la línea de contacto y la celebración de elecciones y la concesión de un estatus especial a los territorios separatistas prorrusos.

Ucrania insiste en una nueva cumbre, pero Rusia considera que Kiev debe sentarse a negociar no con Moscú, sino con los rebeldes apoyados por el Kremlin en Lugansk y Donetsk, dado que considera que lo que ocurre en el este de Ucrania es una "guerra civil" y que Rusia no forma parte de la misma. En el conflicto en el este de Ucrania han fallecido más de 14.000 personas, según la ONU.

Además, Rusia acusa a Ucrania de incumplir los Acuerdos de paz de Minsk para solucionar el conflicto en el Donbás, mientras que Kiev opina lo propio sobre Moscú. Ucrania señala a Rusia como parte violadora de los acuerdos como "Estado agresor" que se anexionó en 2014 la península de Crimea y se metió en el conflicto en el Donbás.