Los grandes de Europa y decenas de ciudadanos se han congregado este viernes en una mañana fría para despedir a David Sassoli, presidente del Parlamento Europeo desde 2019 hasta su prematura muerte el pasado martes. Los frecuentes momentos de silencio y conmoción, y el protagonismo en los discursos de la Unión Europea (UE), han sido el contrapunto a una insólita reunión de familiares, amigos y dirigentes políticos en la Basílica de Santa María de los Ángeles de Roma, donde se han celebrado las exequias. Estaban allí, entre tantos otros, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pero también el presidente italiano, Sergio Mattarella; el presidente de Gobierno español, Pedro Sánchez, y la presidenta griega, Katerina Sakellaropoulou; estos dos últimos, desplazados hasta el lugar para la ocasión.

El acto comenzó pasadas las 11.40 en la protomoteca del Ayuntamiento de Roma, en el monte Campidoglio, donde ya el día antes unas 4.000 personas habían aguardado, haciendo cola, ingresar en el lugar donde estaba colocado el féretro del fallecido político y periodista. Desde allí el ataúd de madera de Sassoli, envuelto en la bandera de la Unión Europea -no la de Italia, que apenas apareció durante todo el evento-, ha recorrido la plaza Venecia y la vía Nazionale hasta llegar a la plaza de la República, vigilado por 600 agentes de la policía italiana. Algunas calles ya habían sido cortadas al tráfico la noche anterior, y una pantalla despuntaba en la calle para que los que no habían podido entrar en el interior de la iglesia pudiesen para asistir al funeral.

Llegado a la iglesia de Santa María de los Ángeles, Sassoli fue acogido por los Guardias Granaderos y el cuerpo de los carabineros, antes que empezara la misa, que ofició el arzobispo de Bolonia, Matteo Zuppi, antiguo compañero de escuela del también periodista. No faltaron las palabras emotivas, y las referencias a los discursos del fallecido en defensa de una construcción europea más solidaria y con mayores avances democráticos. Delante de la esposa de Sassoli, Alessandra -a quien conoció cuando ambos eran aún estudiantes-, Zuppi rememoró la biografía del difunto líder: sus inicios como cronista, sus mentores que lo iniciaron en la democracia cristiana -entre otros, el democristiano Paolo Giuntella y Giorgio La Pira-, el compromiso político, y finalmente su decisión de postularse para ejercer un cargo en la UE.

Contra los "muros"

Sassoli "quería una Europa unida" porque "era hijo de una generación que sufrió la guerra", dijo el sacerdote. Por ello, combatía contra "esos muros que se han convertido en frontera entre lo moral y lo inmoral", añadió. La solidaridad hacia los migrantes, el combate de la desigualdad y la pobreza, y la necesidad de dar esperanza a los jóvenes dominaron también gran parte del resto de las intervenciones. "Nos decías: '¿Acaso no es moderno acoger a un migrante, darle la mano cuando atraviesa el mar?'", recordó la periodista Elisa Anzaldo, colega de Sassoli en la RAI. "Durante la pandemia abriste las puertas del Parlamento europeo a mujeres refugiadas, a aquellos que tenían hambre. Ofrecías un servicio esencial", continuó la reportera.

"Papá, nos dejas tres palabras: dignidad, pasión y amor. Tal vez esto sea banal pero amor es la palabra que más repetiste en tus últimos días, como si fuera una exhortación, un grito", afirmó su hijo Giulio. "Las instituciones europeas tienen el deber de proteger a los más débiles y combatir la indiferencia. Este es nuestro desafío, el de construir un mundo nuevo que respete las personas y la naturaleza, y crea en una nueva economía. La esperanza somos nosotros, cuando no cerramos los ojos delante de los que sufren, cuando no levantamos muros, cuando combatimos contra las injusticias", dijo su hija, Livia, citando el último discurso de Sassoli el pasado 23 de diciembre.

Finalizada la ceremonia, atronó entonces un largo aplauso. Y, a continuación, un ligero viento agitó los oscuros atuendos de los participantes, contribuyendo al dramatismo del acto, retransmitido en directo por la RAI, la cadena de la televisión pública italiana, en la que Sassoli desempeñó gran parte de su carrera y se convirtió en uno de los principales rostros de los informativos de la noche del primer canal. Luego, bajo un cielo despejado y de forma ordenada, las autoridades y los ciudadanos comenzaron a irse. Todo ello a la espera del próximo homenaje que se ha organizado para recordar a Sassoli, que será el lunes, en Estrasburgo.