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Cita con las urnas

Chile va a la segunda vuelta electoral marcada por el aumento de la desigualdad social

El ultraderechista José Antonio Kast y el izquierdista Gabriel Boric se miden en la contienda electoral | Una parte de los chilenos más castigados por la crisis económica se inclinó por la extrema derecha en la primera vuelta

Gabriel Boric y José Antonio Kast, protagonistas del debate presidencial chileno.

Andrónico Luksic es uno de los hombres más ricos de Chile. La segunda vuelta presidencial el domingo entre José Antonio Kast y Gabriel Boric, los candidatos de extrema derecha y de izquierda, respectivamente, lo ha sumido en la perplejidad. Pero más parece haberlo molestado que dirigentes importantes de la Democracia Cristina hayan anunciado su voto por el aspirante de Apruebo Dignidad, "cuyo principal soporte programático es el Partido Comunista". 

Luksic apareció este año con letras rutilantes en el último ranking mundial de riquezas de la revista Forbes. Su nombre encabezó la lista de las ocho grandes fortunas del país que aumentaron un 73% sus ganancias en plena pandemia. Ahora poseen en su conjunto 40.300 millones dólares. Entre ellos se encuentra el todavía presidente Sebastián Piñera, a quien el Senado salvó de una destitución por haber realizado una millonaria operación económica incompatible con sus funciones ejecutivas, 11 años atrás.

La revelación de Forbes provocó en su momento una respuesta irónica de quien fuera hasta hace poco la presidenta del Colegio Médico y actual integrante del equipo de campaña del aspirante de izquierdas, Izkia Siches: "Deberían ellos mismos liderar el proyecto de #ImpuestosALosSuperRicos”. Boric ha propuesto durante su campaña un conjunto de reformas que permitan incrementar en la recaudación tributaria entre el 8% y el 8,5% del PIB en ocho años y reducir la evasión en el equivalente a 3,5% del PIB. "Eso sería un tsunami", dijeron algunos hombres de negocios.

Expectativas muy diferentes

"Aunque haya razones para ser pesimista, los empresarios tenemos que seguir empujando el carro", señaló Luksic, días atrás. Las expectativas de cara al futuro son disímiles en un país de contrastes tan marcados. Antes de que el coronavirus se propagara por el país y obligara al confinamiento y la parálisis económica, la OCDE advertía del tamaño de la desigualdad en Chile: los ingresos del 20% de la población más rica son 10 veces mayores que los del quintil más pobre. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) había hilado por entonces más fino: el 1% más adinerado se ha quedado con el 26,5% de la riqueza, mientras que el 50% de los hogares de menores ingresos accedió solo al 2,1% del PIB.

El "milagro chileno", basado en altas tasas de crecimiento macroeconómico y una distribución muy inequitativa de los beneficios, se hizo trizas con el estallido social de noviembre de 2019. La pandemia ahondó las diferencias. El ingreso per cápita cayó alrededor del 40% en los hogares donde al menos un miembro perdió el empleo. Un 19% de los chilenos dejó de pertenecer a la clase media.

La crisis cerró el grifo del crédito bancario. Debido a esas restricciones, Chile ha experimentado un inédito crecimiento del endeudamiento informal. Un 30% de los hogares nacionales tiene algún compromiso financiero de este tipo. Buena parte de ellos se vieron obligados a hacerlo debido a los rigores pandémicos. Un 40% de las personas que contrajeron esos compromisos tienen entre 30 y 45 años. El endeudamiento informal entre los mayores de 60 años ha llegado al 30% de esa franja etaria. Un 35% de las chilenas pidió prestado dinero en entidades que imponen tasas de interés de hasta el 150% anual.

Más pobres

De acuerdo con la UNICEF, 15% de los niños y adolescentes viven en situación de pobreza. La subida de puntos de esa cifra es el resultado de lo ocurrido en 2020. La pandemia provocó un salto de la pobreza en general del 8,5% al 10,8%, según el Banco Mundial. El alza del PIB este año, superior al 11%, permite comenzar a recomponer el cuadro previo a la llegada del covid. En las calles se tiene otra percepción. Las presiones para que se habilite un cuarto retiro de fondos del sistema de pensión privada no llegaron a buen puerto en el Congreso. Las llamadas AFP fueron el puntal del “milagro económico”. Ya tuvieron que devolver 49.931 millones de dólares a personas pensionadas o en camino a serlo porque el dinero no les ha alcanzado.

Las razones para el pesimismo de esos chilenos no son las mismas que las de Luksic. Lo que ha llamado la atención a los analistas es que en las 20 comunas más pobres del país ganó Kast y no Boric en la primera vuelta. En pocos días se sabrá si ha sido una anomalía pasajera o un indicio de que las promesas de prosperidad del ultraderechista calaron más hondo de lo estimado entre los chilenos que han quedado a la intemperie.

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