La disputa por las licencias de pesca en aguas británicas tras el Brexit ha tensado la relación entre Londres y París hasta el punto de que el Gobierno británico avanzó este viernes que acusará a Francia de romper el acuerdo que entró en vigor en enero si sigue adelante con las medidas que ha anunciado.

Las autoridades galas prohibirán desde el martes a los pesqueros del Reino Unido desembarcar en sus puertos e incrementarán los controles a barcos y camiones si no se conceden más licencias para la flota francesa en las aguas que circundan Gran Bretaña y las islas de Guernsey y Jersey, dependencias de la Corona británica.

Londres, por su parte, argumenta que está cumpliendo escrupulosamente el Acuerdo de Comercio y Cooperación (TCA, en inglés) al que llegó con la Unión Europea en Nochebuena del pasado año.

El tratado comercial indica que los derechos pesqueros vigentes deben mantenerse tras el Brexit, pero obliga a las embarcaciones comunitarias a solicitar una licencia al lado británico y demostrar que han pescado en esas aguas durante temporadas anteriores.

Algunas embarcaciones, sin embargo, no cuentan con datos históricos de navegación suficientes para probar que cumplen ese requisito.

Por 55 embarcaciones

La ministra francesa del Mar, Annick Girardin, ha afirmado que "solo se han concedido el 90,3 % (de los permisos)" y asegura que "evidentemente, el 10 % de los que faltan son franceses".

El Gobierno británico, por su parte, asegura que ha dado luz verde al 98 % de las peticiones que ha recibido. Ha otorgado en total en torno a 1.700 licencias, de las cuales 700 corresponden a la flota gala.

Las autoridades de Guernsey y Jersey, sin embargo, tienen autonomía para otorgar sus propios permisos. Una de las claves de la disputa son 55 embarcaciones que por ahora han visto denegadas sus licencias por parte de Jersey, una isla separada por apenas 30 kilómetros de la costa francesa, y que dejarán de poder faenar en esas aguas a partir de este fin de semana si no cambia su situación legal.

Londres, "sorprendido"

El primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó este viernes a los medios que su Gobierno está "sorprendido" por las amenazas de Francia y recalcó que hará "lo que sea necesario para defender los intereses del Reino Unido".

"Los pescadores británicos deben continuar su actividades tal como marca la ley, con confianza, y deberían continuar pescando de acuerdo con el tratado (con la Unión Europea). Responderemos ante cualquier infracción", agregó el jefe de Gobierno.

El Ejecutivo británico convocó hoy a la embajadora francesa en Londres, Catherine Colonna, para pedir explicaciones por las "decepcionantes y desproporcionadas amenazas" de París.

La diplomática se reunió con la secretaria de Estado británica para Europa y las Américas en la sede del Ministerio de Exteriores, que le trasladó su "decepción" por la actitud "confrontacional" de Francia, que a su juicio "no hace más fácil solucionar la situación", según describió el Gobierno británico en un comunicado.

Amenazas

A partir del martes, Francia impedirá que los barcos británicos desembarquen pescado en sus puertos e incrementará los controles, tanto sanitarios como "de seguridad", a los que someterá a las embarcaciones del Reino Unido.

Sus amenazas van más allá del ámbito pesquero y prevén "reforzar los controles" a los camiones que procedan o se dirijan al Reino Unido, unas fricciones que pueden empeorar el problema de desabastecimiento que sufren las islas británicas debido a la pandemia de coronavirus y las nuevas exigencias burocráticas del Brexit.

Londres, por su parte, contempla iniciar los mecanismos legales que estipula el acuerdo del Brexit en caso de que una de las partes considere que se han violado las condiciones del tratado.

También está estudiando "otras respuestas prácticas", que incluyen reforzar los controles a los que las autoridades británicas someten a las flotas pesqueras en sus aguas territoriales.