El presidente de la Comisión Investigadora del Senado (CPI-Covid 19) de Brasil, Omar Aziz, aseguró este martes que está probado que el presidente brasileño Jair Bolsonaro cometió graves delitos en la pandemia, entre ellos nada menos que crímenes contra la humanidad. En declaraciones al diario carioca O Globo, el legislador llamó a la CPI a centrarse en las acusaciones de las que tienen pruebas consistentes para evitar desacuerdos que pongan en peligro el pronunciamiento.

Desde el pasado fin de semana, los diarios brasileños comenzaron a filtrar fragmentos de un voluminoso expediente de unas 1200 páginas que redactó el senador Renan Calheiros, y en el que se responsabiliza al jefe de Estado de negligencias en materia de política sanitaria que facilitaron la expansión del virus, y la muerte de más de 603.000 personas. El relator, dijo al respecto el diario paulista Estado, le atribuye a Bolsonaro 11 crímenes. Aziz estimó conveniente al menos eliminar del dictamen final la acusación contra el capitán retirado de genocidio contra los indígenas.

Los integrantes de la CPI deben escuchar este miércoles el informe en el que propone presentar cargos contra 70 personas. Seis días más tarde, los senadores deberán votarlo. En caso que sea afirmativo, la Procuraduría General (fiscalía) y el Tribunal Supremo Federal deberán tomar cartas en el asunto. La primera posibilidad no inquieta a Bolsonaro. El procurador general, Augusto Aras, es un hombre que suele complacer al presidente con sus pronunciamientos.

Algunos analistas especularon con la posibilidad de que el texto acusatorio naufrague por desacuerdos entre los legisladores. "No tenemos ninguna razón, después de seis meses de trabajo, para llegar al final y tirarlo todo. Eso no está en la mente de nadie", dijo Aziz, quien ya anunció su voto favorable.

Un historial de desatinos

Cuando estalló la pandemia, Bolsonaro la calificó de "gripecita". El aluvión de muertes no cambió su opinión al respecto. Casi el 50% de los brasileños ya tienen las dos vacunas. Un 73.4% se ha inmunizado una sola vez. El presidente, ninguna. Lo considera innecesario. El tono de sus discursos sanitarios no se ha modificado a pesar de las evidencias y la pérdida de la popularidad con la que asumió el poder, en 2019: el capitán retirado recibe apenas un respaldo del22%.

La CPI ha llegado a la conclusión que el Gobierno de ultraderecha constituyó una suerte de ministerio de Salud paralelo integrado por médicos negacionistas que no tuvieron reparos en defender el uso de la hidroxicloroquina para combatir el covid-19. El general Eduardo Pazuello, exministro de Salud, es severamente señalado en el informe por el desastre que tuvo lugar en la nordestina Manaos. La histórica ciudad del estado de Amazonas colapsó por la falta de oxígeno en los hospitales.

Calheiros furmuló además severos señalamientos contra el sustituto de Pazuello, Marcelo Queiroga Lopes, el ex ministro de la presidencia Onyx Dornelles Lorenzoni, el ex ministro de Exteriores Ernesto Henrique Fraga Araújo, el secretario de Salud Indígena, Robson Santos, el senador Flavio Bolsonaro, su hermano, el diputado Carlos Bolsonaro, entre decenas de funcionarios, profesionales y legisladores.

La cuestión indígena

El presidente de la CPI tampoco no es partiario de acusar al capitán retirado de "genocidio" contra los pueblos originarios. "Bolsonaro predicó la inmunización del rebaño, impulsó la medicina no probada, fue un charlatán recetando medicamentos sin eficacia... Esos son delitos suficientemente graves. El genocidio es una planificación deliberada para extinguir un grupo étnico, como se hizo con los judíos. ¿Había un plan para extinguir a los indios? No". Aziz reconoce que no ha sido convencido de esa acusación, pero si la mayoría la promueve, no dudará en votar afirmativamente.