Codo a codo entre Rusia Unida, la formación del presidente Vladímir Putin, y el Partido Comunista de la Federación Rusa (KPRF), beneficiada desde el exterior por la recomendación del Voto Inteligente realizada por el opositor Alekséi Navalni. Una participación que no superó en ningún caso el 40% del electorado, es decir, 12 puntos menos de la anunciada oficialmente y cuya manipulación concedió a las autoridades electorales un margen suficiente para cocinar una victoria que permitirá al Kremlin seguir controlando el órgano legislativo durante los próximos cinco años. Éstas son las conclusiones a las que han llegado Boris Ovchínnikov y Alekséi Kupriánov, dos expertos rusos en estadística con los que ha hablado El Periódico de Cataluña, diario que pertenece a este grupo, Prensa Ibérica, después de realizar un primer análisis los resultados de las recientes legislativas celebradas en Rusia.

Determinar los resultados reales de los comicios constituye una ardua tarea, dificultada por la existencia de un sistema electoral mixto. La mitad de los escaños de la Duma Estatal (225) son elegidos de forma proporcional en listas de partido en una única circunscripción, y la otra en circunscripciones uninominales donde se vota a un solo candidato. Por el momento, "solo se puede analizar las votación por el sistema proporcional", apunta Kuprianov.

Enormes proporciones

Y aquí, la falsificación adquirió enormes proporciones, según coinciden ambos expertos. "Se ha exagerado el doble la cifra de votos recibida por Rusia Unida, puede incluso que más", apunta Ovchínnikov. "Sin falsificación y sin votaciones bajo coacción, concedería a Rusia Unida un apoyo en el nivel 29-30%, similar al del KPRF", confirma Kupriánov. Los resultados oficiales difieren enormemente de estas valoraciones: según la comisión electoral, los progubernamentales lograron el 49,2% de las papeletas, es decir, casi 20 puntos por encima de estas estimaciones, mientras que los comunistas rondaron el 19%, una decena de puntos menos.

En este casi empate técnico, a decir de Ovchínnikov, la formación oficialista tendría algo de ventaja: "A escala nacional, el KPRF se encuentra en segunda posición, aunque a corta distancia de Rusia Unida; tienen algo menos del 30% de los votos".

La tasa de participación, inflada artificialmente, es lo que habría permitido a las autoridades rusas añadir esos votos extra necesarios a RU. Kupriánov ha elaborado unos gráficos que muestran el número de colegios electorales donde se infló la participación y los resultados obtenidos, y concluye que en estas elecciones hubo muchos menos colegios electorales donde no se añadieron papeletas que en anteriores comicios legislativos. En esos escasos centros de voto libres de falsificación, los resultados apuntan alrededor de un 30% para cada partido. Por su parte, Ovchínnikov ha identificado una serie de regiones en los que la participación fue real, de menos del 40%, mientras que en otras, superaba "el 50%" e incluso se acercaba "al 100%". En este segundo grupo de regiones manipuladas, que incluyen desde Sarátov pero sobre todo las atrasadas repúblicas caucásicas, Rusia Unida obtuvo un resultado netamente superior.