Casi 200 incendios en apenas una semana: este es el balance de los fuegos que, durante los últimos días, están atizando con una fuerza histórica el suroeste de Turquía, en su orilla Mediterránea. Al otro lado, en Grecia, los incendios se cuentan por decenas. En Sicilia, en el sur de Italia, también ha habido cerca de un centenar de incendios esta última semana, aunque de menor tamaño e intensidad.

Pero todo este conteo no ha terminado porque al Mediterráneo oriental se acerca este martes una nueva ola de calor que se suma a la que ya sofocaba a sus habitantes la semana pasada. En el sur de Turquía y en buena parte de Grecia, donde se concentran la mayoría de los fuegos, este miércoles y jueves, las temperaturas llegarán a superar los 46 grados centígrados. La última vez que llovió en la región fue hace tres meses. Las probabilidades de que haya más incendios son enormes.

La ayuda internacional ha llegado a lllegar poco a poco a Turquía. Este lunes, Croacia mandó un hidroavión, y este martes han llegado dos hidroaviones españoles. Además, Irán, Rusia, Azerbaiyán, Ucrania y Rumanía también se han comprometido a mandar ayuda. Hasta la fecha, ocho personas en Turquía han muerto a causa de estos incendios, que han afectado, sobre todo, a zonas de turismo de playa y vacaciones.

"Como resultado de nuestros esfuerzos, la mayoría de los fuegos están ya bajo control, y nueve continúan activos. Nuestras instituciones continúan trabajando en coordinación con las regiones en crisis", ha dicho el portavoz del Gobierno turco, Fahrettin Altun, antes de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, presidiese este martes un gabinete de crisis en la sede central de los servicios de emergencia turcos. "Agradecemos a todos los países que ayudan y nos han ofrecido sus condolencias en nuestra lucha contra las llamas", ha dicho Erdogan.

¿Quién ha sido?

Durante esta última semana, la intensidad de los fuegos y su asiduidad —se declaraban varios fuegos al día— ha sido tan alta que muchos turcos se han lanzado a buscar razones diversas y teorías de la conspiración que explicasen la enormidad de lo que estaba sucediendo. La teoría que mayor recorrido ha tenido ha sido la que asegura que miembros de la guerrilla kurdoturca del PKK, en conflicto con Turquía desde la década de los ochenta, es quién está detrás de las llamas. 

Incluso medios progubernamentales y afines al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, han alimentado esta teoría, sin pruebas. La paranoia ha llegado a un punto tan alto que varios habitantes de las provincias que arden han levantado puntos de control en las carreteras para vigilar quién accede.

Los bomberos logran controlar un incendio en Grecia. EFE

Lo que sí es cierto, sin embargo, es que esta ola de incendios en Turquía es la más grave de las últimas dos décadas en el país y llega en un año fatal para el medio ambiente en un territorio que parece ser especialmente susceptible al cambio climático. En lo que llevamos de 2021, en pocos meses, Turquía ha vivido de todo: la aparición de moco marino en Estambul por culpa de la contaminación del mar de Mármara y las altas temperaturas en primavera, inundaciones con varios muertos en las zonas costeras del mar Negrola muerte de miles de flamencos al secarse un lago salado en el centro del país, la aparición de agujeros en la tierra en la región de Konya a causa de la sequía y, ahora, los incendios.

En este momento, este martes, los incendios se concentran, sobre todo, en las provincias de Mugla y Antalya, famosas mundialmente como resortes turísticos, y donde cerca de una decena de pueblos, algunos costeros, han tenido que ser evacuados.

Allí es donde están trabajando los dos aviones españoles, que tienen unos compañeros de lucha contra el fuego un tanto peculiares: para acompañar a los camiones de bomberos sobre el terreno, la policía turca ha mandado varios blindados antidisturbios equipados con cañones de agua. Cuando estos vehículos lanzan agua contra los manifestantes, en la mayoría de las veces, la policía especia el agua con gas pimienta. Es de suponer que no lo han hecho esta vez, con el fuego.