Vuelve la tensión a Tierra Santa. La Marcha de las Banderas programada para este martes por la tarde prevé reavivar la violencia enterrada que supuso 11 días de enfrentamientos en los cielos entre Hamás e Israel. Miles de judíos ultranacionalistas pasearán por la Ciudad Vieja de Jerusalén en un gesto de provocación que puede desembocar en una respuesta de la milicia islamista desde la Franja de Gaza. Con un Gobierno recién estrenado, Israel despierta fantasmas que no estaban tan dormidos. 

Hace apenas un mes, el pasado 10 de mayo, la Marcha de las Banderas anual se canceló. Centenares de judíos de extrema derecha no pudieron marchar a través de la Puerta de Damasco y hacia el corazón del Barrio Musulmán para celebrar la captura de Jerusalén en 1967. La violencia de la policía israelí contra los manifestantes palestinos en la Explanada de las Mezquitas provocó el lanzamiento de cohetes desde Gaza. Tras 11 días de bombardeos, 280 palestinos murieron en la Franja y en Cisjordania, y 13 israelís. 

Ahora los judíos radicales podrán ondear sus banderas en la Ciudad Vieja. Desoyendo las recomendaciones de la policía, el ya exprimer ministro Binyamin Netanyahu aprobó la nueva convocatoria de la marcha a modo de regalo de despedida para sus sucesores. La ruta alterada no les permitirá adentrarse por la emblemática Puerta de Damasco ni cruzar el Barrio Musulmán. Aunque sí que pasarán por delante de este acceso, donde el pasado viernes ya hubo enfrentamientos por la presencia desafiante del diputado de extrema derecha, Itamar Ben Gvir.

"Peligrosas repercusiones"

“Advertimos de las peligrosas repercusiones que pueden resultar de la intención de la potencia ocupante de permitir que los colonos israelís extremistas lleven a cabo la Marcha de la Bandera en la Jerusalén ocupada”, ha tuiteado el primer ministro palestino, Mohamed Shtayyeh. El nuevo Ejecutivo ha aprobado esta herencia de Netanyahu poniendo en riesgo la seguridad y arriesgándose a una nueva escalada de violencia. “Es una provocación a nuestro pueblo y una agresión contra Jerusalén y nuestros lugares sagrados”, ha denunciado.

Unos 2.000 agentes de policía ya están desplegados por la Ciudad Santa. “Se están realizando esfuerzos para preservar el delicado tejido de la vida y la seguridad pública”, ha afirmado el nuevo ministro de Seguridad Interna, Omer Barlev. La permisividad de las autoridades para esta retadora marcha muestra la gran influencia que siguen teniendo los colonos nacionalistas sobre el gobierno. “Qué alegría es que Jerusalén haya regresado a nuestras manos, la Danza de Banderas expresa nuestro gran júbilo por el regreso de Jerusalén al pueblo judío”, ha celebrado el influyente rabino Haim Druckman, a la vez que ha animado a una asistencia masiva.

Alto el fuego en riesgo

También Hamás y la Yihad Islámica han incitado a los palestinos a “resistir” frente a esta tensa jornada. “Que sea el día de movilización y unidad hacia la mezquita de Al Aqsa y un día de ira y desafío para el ocupante”, ha exigido el portavoz de Hamás en Jerusalén, Mohamed Hamadah. Desde Gaza, el subjefe de la milicia, Khalil al Hayya, ha emitido una advertencia a Israel: si no controlan el “extremismo de los colonos” y la Marcha de las Banderas, el “frágil alto el fuego podría explotar”. 

Israel, a su vez, se prepara para el combate. Según el israelí Canal 13, el Ejército está en alerta máxima en la ocupada Cisjordania y a lo largo del frente de Gaza preparado para una posible escalada. “La situación en la esfera palestina es volátil y estamos preparados para un nuevo estallido de combates”, afirmó el lunes por la noche Aviv Kohavi, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa Israelís (FDI). Estas ya han desplegado las baterías de interceptores de misiles del sistema Cúpula de Hierro en todo el país. 

“Las tensiones (están) aumentando de nuevo en Jerusalén en un momento político y de seguridad muy frágil y delicado, cuando la ONU y Egipto están activamente comprometidos en solidificar el alto el fuego”, ha tuiteado Tor Wennesland, el enviado de las Naciones Unidas para Oriente Medio. En la ocupada Tierra Santa, la violencia jamás cesa. Este martes puede abrir otro capítulo más de la historia interminable.