Otro joven afroamericano, esta vez llamado Miles Jackson, de tan solo 27 años, fue asesinado a tiros por la policía estadounidense el pasado lunes en un hospital de Columbus, en Ohio, en un nuevo episodio de brutalidad policial contra la población negra del gigante americano.

Jackson estaba en el hospital, ingresado bajo custodia policial, cuando uno de los agentes se dio cuenta de que llevaba un arma. El joven de 27 años había sido hospitalizado después de recibir varias descargas de una pistola táser. En medio del forcejeo, la pistola de Jackson se disparó, y entonces, los cuatro policías instaron a que bajara el arma y pusiera las manos en alto. Jackson asegura, como se puede ver en el video de la cadena de noticias oficial, que estaba muy asustado, y a pesar de seguir las órdenes de los policías, acaba siendo tiroteado, muriendo en el acto.

El jefe de policía de Westerville ha prometido investigar el caso y tomar medidas "si ha habido alguna infracción por parte los agentes".