Tal y como ya se había avanzado este martes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha confirmado que a partir del primero de mayo comenzará a producirse de manera "ordenada" la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán, pues tal y como ha reconocido las razones para permanecer allí son "cada vez más confusas".

"Es hora de poner fin a la guerra más larga de Estados Unidos. Es hora de que las tropas estadounidenses regresen a casa", ha dicho Biden en un discurso en la Casa Blanca, en el que ha matizado que dicha salida se hará sin apresurarse y sí "de manera responsable" y "en coordinación" con los aliados.

A su vez, ha advertido a los talibán de que responderán "con todas las herramientas" de las que dispongan si atacan a las tropas estadounidenses y a sus socios durante este repliegue, en respuesta a los avisos del grupo insurgente que instó a Washington a salir antes del mes de mayo tal y como habían pactado con la anterior administración de Donald Trump.

La guerra de Afganistán, que ha costado la vida a unos 2.300 estadounidenses y a más de 100.000 civiles afganos, ha logrado, según ha dicho Biden, evitar que ese país "se utilizara como base desde la que atacar nuevamente a Estados Unidos".

"Lo hicimos. Logramos ese objetivo. Dije que seguiríamos a Usama bin Laden hasta las puertas del infierno si fuera necesario y eso es exactamente lo que hicimos", ha dicho Biden recordando su etapa como vicepresidente de Estados Unidos durante la Presidencia de Barack Obama, quien no llegó a cumplir sus promesas de retirarse de Afganistán.

"Hicimos justicia hace una década y hemos permanecido en Afganistán desde entonces. Nuestras razones para permanecer en Afganistán se vuelven cada vez más confusas, incluso a medida que evolucionó la amenaza terrorista contra la que fuimos a combatir", ha reconocido.

De acuerdo con las previsiones de la Casa Blanca la ausencia total de tropas estadounidenses en Afganistán será el 11 de septiembre, coincidiendo así con el aniversario de los atentados de 2001 que desencadenaron la invasión de Estados Unidos sobre Afganistán.

"Las tropas estadounidenses, así como las fuerzas desplegadas por nuestros aliados y socios operativos de la OTAN, estarán fuera de Afganistán antes de que celebremos el vigésimo aniversario de ese atroz ataque del 11 de septiembre, pero no quitaremos la vista de la amenaza terrorista", ha reiterado.

"Reorganizaremos nuestras capacidades de lucha contra el terrorismo y los activos en la región para evitar el resurgimiento de la amenaza terrorista", ha explicado Biden, quien ha recordado a los talibán de su "compromiso de no permitir que ningún terrorista amenace a Estados Unidos o sus aliados en suelo afgano".

"Nuevos desafíos"

El jefe de la Casa Blanca ha explicado que las prioridades de Estados Unidos ya no deben ser "volver a la guerra contra los talibán", sino otra serie de "desafíos", como "rastrear y desarticular otras redes terroristas que se extendieron más allá de Afganistán", o "derrotar a la pandemia" y "apuntalar" las capacidades del país frente a una China cada vez más competitiva".

Asimismo, ha avanzado que la presencia de Estados Unidos si no militar, sí continuará como "asistencia humanitaria", ha dicho, para continuar apoyando los derechos de las mujeres y niñas afganas, a la espera de que en los "próximos meses" Washington determine cómo y de qué manera mantendrá su delegación diplomática en Afganistán.

Durante su discurso, en el que ha recordado a su hijo Beau muerto en Irak, el presidente Biden ha hecho mención al impacto "generacional" que este conflicto ha tenido en muchas familias, con soldados sirviendo en el mismo frente que sus padres hace ya casi dos décadas, por lo que ha enfatizado que "es hora de poner fin a esta guerra eterna".

Estados Unidos cuenta oficialmente con unos 2.500 efectivos desplegados en Afganistán, aunque la cifra real fluctúa y sería de unos mil más, según el citado diario.

La OTAN también se va

Por su parte, la OTAN también ha anunciado que pondrá fin a su misión en Afganistán iniciando a partir de mayo una retirada "ordenada" y en coordinación con Estados Unidos en la que espera replegar todas sus fuerzas "en unos meses".

La confirmación ha llegado tras una reunión por videoconferencia de los ministros de Exteriores y Defensa de la OTAN, en la que el secretario de Estado, Antony Blinken, y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, han participado desde Bruselas con el secretario general, Jens Stoltenberg, en una escenificación de la cooperación entre Washington y el resto de aliados.

"A la luz de la decisión de Estados Unidos de salir de Afganistán, hemos decidido la retirada de la misión a partir de mayo y será ordenada, coordinada y segura. La idea es completar la retirada en unos meses", ha señalado Stoltenberg, en una rueda de prensa junto a Blinken y Austin, tras el histórico anuncio del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, desde la Casa Blanca.

El político noruego ha subrayado que cualquier ataque talibán durante el repliegue será respondido por parte de las fuerzas aliadas, al tiempo que ha incidido en que la OTAN abre un "nuevo capítulo" en las relaciones con Afganistán. "Seguiremos dando apoyo a Afganistán pero de otra manera, sin miles de soldados en el terreno, con respaldo al proceso de paz y trabajando para garantizar que no perdemos lo ganado este tiempo", ha argumentado.

Los aliados han aprobado el plan para la retirada, en base a la decisión y sincronizándose con Estados Unidos. Hasta ahora la OTAN había reivindicado la importancia de seguir en Afganistán y habia destacado la importancia de la tarea de adiestramiento de las fuerzas afganas, que cuenta con 9.600 efectivos aliados, de los cuales unos 2.500 son estadounidenses.

Tal y como ha reconocido Stoltenberg, la decisión sobre finalizar la misión "no es fácil" y se había convertido en un "dilema" para la organización militar los últimos meses. "La decisión conlleva riesgos. No desestimo los desafíos que tenemos por delante, pero la alternativa era quedarse y probablemente aumentar los efectivos ante la mayor presión de los talibán", ha admitido el secretario general, que hasta ahora condicionaba la salida a una mejora de la situación en el terreno.

Entre las razones esgrimidas por Blinken y Austin está la de adaptar la OTAN a los desafíos de 2021, momento en el que han mencionado a China, Rusia e Irán como actores que suponen una amenaza a la seguridad internacional.

Durante la rueda de prensa, Blinken ha apuntado que mantener la presencia de forma "indefinida" no estaba en el interés de Estados Unidos ni de ninguno de los aliados. Mientras que Austin ha hecho un llamamiento a los líderes aliados para llevar a cabo esta nueva fase "con profesionalismo" y de forma "ordenada" y "segura".