Belfast registró en las últimas horas su octava noche de disturbios, aunque de menor intensidad que días precedentes, protagonizados por manifestantes que se enfrentaron con cócteles molotov y piedras a policías antidisturbios.

Un coche fue calcinado por los alborotadores y lanzado contra efectivos de la de la policía autónoma de Irlanda del Norte (PSNI) en la zona 'lealista' (probritánica) de Tiger's Bay, en el norte de la capital norirlandesa, donde se produjeron la mayoría de enfrentamientos. También se registraron incidentes esporádicos en el área de New Lodge, también en el norte de Belfast, según los medios norirlandeses.

El superintendente de la PSNI, Muir Clarke, pidió a través de un mensaje en Twitter, "calma" en la zona y reclamó que "cualquiera que tenga influencia sobre las comunidades la use para asegurarse de que los jóvenes no caen en la criminalidad y se mantienen sanos y salvos".

En Lanark Way, una zona de mayoría unionista donde se han producido los peores choques de esta semana, se colgaron carteles en la calle que pedían a los manifestantes no participar en protestas "como señal de respeto a la reina y la familia real", debido a la muerte este viernes del príncipe Felipe, marido de Isabel II. Esos mismos carteles advertían, según la prensa, que los actos de protesta continuarán una vez acabe el luto nacional, que concluirá tras el funeral del duque de Edimburgo.

La violencia callejera comenzó el pasado 29 de marzo en zonas protestantes-unionistas de la capital, pero sus provocaciones han logrado que en los últimos días se extienda a barrios católicos-nacionalistas (partidarios de la reunificación de Irlanda), hasta elevar a 74 el número total de policías heridos, según un recuento ofrecido este viernes.