Las autoridades de Australia anunciaron este miércoles la relajación de las medidas de restricción social impuestas en el estado de Nueva Gales del Sur tras un brote de COVID-19 en Sídney a mediados de diciembre, tras registrarse diez días sin contagios locales de la enfermedad en todo el país.

"Me han informado de que llevamos diez días consecutivos con cero casos de transmisiones comunitarias en toda Australia, mientras que tristemente el mundo ha sobrepasado los 100 millones de casos de COVID y casi 17.000 vidas se han perdido en las últimas 24 horas", dijo en un tuit el ministro australiano de Salud, Greg Hunt.

Por su lado, Gladys Berejiklian, jefa de gobierno de Nueva Gales del Sur, el estado más poblado del país oceánico, dijo que a partir de este viernes se permitirán reuniones al aire libre de hasta 50 personas y de 30, incluyendo menores, en espacios cerrados, entre otras medidas.

Sin embargo, el uso de las mascarillas faciales seguirá siendo obligatorio en el transporte público y otros espacios en los que es difícil mantener la distancia interpersonal "para proteger a los más vulnerables y para reconocer que en ciertos lugares cerrados se está en mayor riesgo", precisó Berejiklian a los periodistas en Sídney.

Estas medidas se dan cuando se cumplen diez días sin contagios locales de la COVID-19 tras el brote de Sídney detectado a mediados de diciembre que obligó a confinar durante más de tres semanas a unas 250.000 personas del distrito Playas del Norte de la ciudad.

Las otras jurisdicciones de Australia llevan más tiempo sin infecciones locales de la COVID-19, como el estado de Victoria, el segundo más poblado y epicentro de la segunda ola nacional de la pandemia, que ya lleva 21 días sin contagios comunitarios.

Asimismo, el estado de Queensland, el tercero más poblado del país, reportó este mes un caso de la COVID-19 con una cepa altamente contagiosa, por lo que durante tres días estuvieron confinados 2,3 millones de habitantes de la ciudad de Brisbane, medida que ha logrado contener su propagación desde hace más de dos semanas.

Otros estados como Tasmania o Australia Occidental desde hace meses registran pocos casos de la enfermedad, principalmente de personas que provienen fuera de su jurisdicción, por lo que sus habitantes viven una práctica normalidad.

Australia, que mantiene sus fronteras internacionales cerradas y suspendió temporalmente el lunes los viajes sin cuarentena desde Nueva Zelanda por un caso con la variante sudafricana, acumula unos 28.800 contagios de COVID-19 desde el inicio de la pandemia, incluyendo 909 fallecidos y más de 115 casos activos.

La mayoría de las infecciones en Australia, que comenzará a vacunar a su población a fines de febrero, se dieron por el rebrote en Melbourne a causa de fallos en las cuarentenas de los centros para viajeros internacionales que obligaron a confinar a unos 5 millones de habitantes entre julio y noviembre del año pasado.