Le quedan 29 días como presidente de Estados Unidos antes de que tome posesión Joe Biden pero en sus últimos estertores en el Despacho Oval Donald Trump, sumido en sus teorías conspiratorias y falsedades sobre fraude electoral, sigue demostrando no estar dispuesto a permitir que las cosas sucedan de una manera normal. Ni siquiera en lo que se refiere a lanzar una ayuda esencial para los estadounidenses duramente golpeados por la doble crisis sanitaria y económica de la pandemia de coronavirus.

Este martes por la tarde, por sorpresa incluso para muchos de sus ayudantes y miembros de su Administración, Trump ha lanzado una auténtica bomba en Washington en forma de vídeo de cuatro minutos colgado en Twitter. Con su mensaje, ha dejado en el limbo la ley aprobada el lunes por el Congreso que incluye tanto el gran rescate ante la pandemia de 900.000 millones de dólares como un proyecto presupuestario de otros 1,4 billones para financiar el gobierno y el ejército hasta septiembre de 2021.

Trump ha calificado de "desgracia" la ley, que se consiguió aprobar con amplio apoyo bipartidista en las dos Cámaras tras meses de bloqueo y unos últimos días de negociaciones frenéticas. Y ha dicho que no la firmará si no se enmienda, amenazando con hacer descarrilar tanto el rescate como el funcionamiento del gobierno (que para evitar el cierre administrativo necesita ratificar su presupuesto operativo antes del lunes que viene).

Cheques de 2.000 dólares

El foco central de la crítica de Trump ha estado en la ayuda directa asignada a los estadounidenses en el rescate: un pago de 600 dólares. El republicano ha asegurado que es una cantidad "ridículamente baja", algo en lo que hay consenso generalizado, y ha pedido que se eleve hasta 2.000 dólares. Lo que no ha dicho es que fue su secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, quien marcó la cifra de 600 dólares en las negociaciones, ni que los demócratas querían más dinero (1.200 dólares según la propuesta de ley que aprobaron en la Cámara Baja hace meses y que los republicanos bloquearon en el Senado).

Trump también ha coincidido con otras críticas tanto de partes de la izquierda como de la derecha a la ley, que ocupa 5.593 páginas y se votó el lunes solo unas horas después de que se conociera el mastodóntico texto legislativo. Pero en su asalto el presidente ha mezclado intencionadamente los elementos del paquete de rescate con los de la parte presupuestaria.

Ha criticado que la ley "casi no tiene nada que ver con covid" y ha denunciado que está llena de "partidas ineficientes e innecesarias". Ha citado, por ejemplo, que tenga ayudas a países extranjeros o a instituciones culturales o elementos de medio ambiente que son elementos habituales de las cuentas de financiación. También ha incluido mensajes xenófobos como criticar que en este rescate, a diferencia del primero aún mayor que se pasó en marzo (cuando los cheques directos fueron de 1.200 dólares), sí vayan a poder recibir los cheques los estadounidenses cuyos cónyuges sean ciudadanos sin papeles.

Pelosi cogió el guante del vídeomensaje de Trump y usó Twitter también para mostrarse dispuesta a votar este jueves el aumento del cheque hasta los 2.000 dólares.

La logística, no obstante, hace esa propuesta improbable. Y también respuestas de otros congresistas republicanos y aliados de Trump dejaron claro que no es esa la idea. El senador y confidente del presidente Lindsey Graham, por ejemplo, tuiteó metiendo nuevos elementos en cualquier nueva negociación.

Dudas y mensajes

No está claro qué va a suceder ahora. Trump no ha dicho si vetará la ley, un veto que las Cámaras podrían superar pues aprobaron la ley con abrumadoras mayorías que lo anularían. Pero tanto si da el paso de ese veto como si agota sus diez días de plazo para firmar (o no) la ley puede crear caos. El presupuesto operativo del gobierno solo está aprobado hasta el lunes, con lo que podría haber un cierre administrativo a partir del día 29. Y si no se da luz verde a la ley, algunas de las medidas de ayuda del rescate de marzo expirarían, como la moratoria de desahucios (que el nuevo rescate amplía, aunque solo un mes).

Tampoco está claro el por qué de la acción sorpresa de Trump. Hay quien señala que está tratando de enviar a sus bases un mensaje de fuerza tras haber sido en cierta forma esquinado en las negociaciones de la ley. También hay quien apunta a que puede haberle influido el rechazo a la ley que expresaron voces conservadoras en redes sociales y en Fox.

Para otros es inevitable no pensar en que se trata de una forma de castigo o advertencia a los republicanos que han reconocido a Biden como presidente electo y empiezan a desacreditar el empeño del presidente en rechazar los resultados y, en especial, a Mitch McConnell. Trump ha intensificado sus críticas, directas e indirectas, al líder republicano en el Senado desde que este reconoció a Biden tras la ratificación de la victoria del demócrata por el colegio electoral. El control de la Cámara Alta se juega en la segunda vuelta por dos escaños en Georgia el 5 de enero. Y Trump aún mueve a sus fieles bases, a las que sigue alimentando también sus fantasías.

Lo ha hecho también en el vídeo de Twitter de este jueves. Cuando ha pedido al Congreso que le envíe "una ley apropiada" ha añadido: "en caso contrario la próxima Administración tendrá que entregar un paquete de asistencia, y quizá esa Administración sea yo". No es verdad.