El Alto Representante de la Unión Europea para los Asuntos Exteriores y la Política de Seguridad, Josep Borrell, es optimista sobre las opciones de que haya un acuerdo de salida para el Reino Unido en las próximas horas. Según su experiencia de 34 años en asuntos europeos, los acuerdos se alcanzan siempre en el último momento y el precio de una salida sin acuerdo es demasiado alto para afrontarlo.

En una entrevista concedida a la Agencia Efe y realizada a través de videoconferencia, el español Josep Borrell (Lleida, 73 años) echa la vista atrás y considera que sin los bulos generados en Londres en contra de la UE el Brexit. No obstante, añade que los británicos nunca quisieron una Europa política y se han bajado del tren cuando han visto que se encaminaba hacia una estación a la que no querían llegar.

A falta de llegar a un acuerdo sobre la pesca y cómo resolver los litigios comerciales, el jefe de la diplomacia europea cree que el pacto final puede estar cerca. "Los problemas de una salida sin acuerdo son tan grandes que creo que se impondrá la necesidad del pacto. Lo veremos en las próximas horas", asegura desde su despacho en Bruselas, con un gran mapa de Europa de fondo.

Borrell recuerda que la propaganda oficial de los defensores del Brexit aseguraba que con el dinero que se aportaba a la UE se podría construir un hospital cada semana. "Al día siguiente de esa narrativa falsa ya estaban diciendo que era un error de cálculo", explica Borrell, que establece un claro paralelismo con el movimiento independentista catalán. El Reino Unido se quejaba de aportar demasiado dinero. Los independentistas catalanes, de que España les roba. "Hay que hacer un esfuerzo por contrarrestar la desinformación y ya podemos espabilar porque vivimos en un mundo gobernado por la batalla de las narrativas", advierte Borrell.

Una cultura estratégica común

En ese mundo de las narrativas, Josep Borrell manifiesta reiteradamente su empeño por establecer una "cultura estratégica común" europea, un objetivo complicado en un terreno, el de la política exterior, que requiere la unanimidad. Considera que la UE tiene resortes suficientes para actuar como una gran potencia, pero confiesa las enormes dificultades para llegar a acuerdos en un año, su primero al frente de la diplomacia europea, especialmente complicado por la pandemia.

"Casi todos los días veo problemas que parecen imposibles de resolver y la mayoría de ellos demuestran que lo son", bromea. "Este puesto produce insomnio y ha sido más complicado de lo que esperaba. Nos falta una cultura estratégica común que, traducido al lenguaje vulgar, significa que no entendemos el mundo de la misma manera. Poner de acuerdo a 27, todos a la vez, desemboca en ocasiones en un contenido vacío", lamenta.

Para Josep Borrell, fue un momento especialmente difícil el anuncio de Estados Unidos de su proyecto de plan de paz en Oriente Medio. Considera un grave problema las relaciones con Turquía y el agravamiento de la seguridad y la lucha antiterrorista en el Sahel.

En el lado positivo de la balanza sitúa la operación militar IRINI para controlar el tráfico de armas en el Mediterráneo y el marco regulatorio para imponer sanciones por atentados a los derechos humanos.

Los fondos de reconstrucción, bautizados como Next Generation, y el relevo en la Casa Blanca van a ayudar a tejer esa nueva Unión Europea en la que Borrell está embarcado. Una Europa que, en su criterio, necesita recuperar terreno en ciertas áreas tecnológicas.

Se considera un "ministro europeo incipiente de Defensa" y tiene fe en la fuerza de la UE. "Históricamente, las pandemias son grandes generadoras de cambios estructurales", afirma.