El Gobierno de EEUU acusó este lunes directamente a dos funcionarios iraníes de la muerte de Robert Levinson, un exagente del FBI desaparecido en Irán en 2007 y quien se cree que ya falleció, y además impuso a ambos individuos sanciones económicas.

"El gobierno de Irán prometió asistencia para devolver a Bob Levinson a casa, pero nunca lo cumplió. La verdad es que los funcionarios de inteligencia iraníes - con la aprobación de altos cargos - estuvieron implicados en su secuestro y detención", afirmó el director del FBI, Christopher Wray.

Los sancionados son Mohammad Baseri y Ahmad Khazai, miembros del Ministerior de Inteligencia y Seguridad (MOIS, en inglés). Como consecuencia de las sanciones, quedan congelados los activos que pudieran tener bajo jurisdicción estadounidense y se prohíben transacciones financieras con ellos.

Levinson, padre de siete hijos, desapareció el 9 de marzo de 2007 en la isla iraní de Kish en el golfo Pérsico, cuando se reunió con un fugitivo estadounidense conocido como Dawud Salahuddin, en calidad de investigador privado. A comienzos de año, un juez federal acusó a Irán de ser responsable de su desaparición "sin dudas al respecto" mientras que la familia de Levinson anunció que el exoficial murió en poder de las autoridades de ese país. "Recibimos información de funcionarios estadounidenses que nos ha llevado a concluir que nuestro maravilloso esposo y padre murió mientras estaba bajo custodia iraní", indicaron entonces en un comunicado.

En noviembre de 2019, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, había ofrecido una recompensa de 20 millones de dólares por cualquier información acerca del paradero de Levinson. El anuncio por parte de EE.UU. se produce a apenas un mes de la salida del presidente Donald Trump, quien ha elevado la presión sobre Teherán con numerosas sanciones, y la toma de posesión como nuevo jefe de Estado de Joe Biden el próximo 20 de enero.