El Gobierno británico podría prolongar el confinamiento de un mes que entrará en vigor el próximo jueves, si los datos sobre la tasa de infección no han mejorado lo suficiente, anunció este domingo el ministro de Gabinete, Michael Gove.

"El confinamiento podría ser extendido", pero "si bajamos la tasa de infección nacional, podríamos reducir las medidas tanto nacional como regionalmente", señaló Gove en una entrevista en el canal "Sky News".

El ministro defendió la decisión anunciada anoche por el primer ministro, Boris Johnson, pese a que el comité científico que asesora al Ejecutivo ya había advertido hace varias semanas de que era necesario un confinamiento "corto" para detener el crecimiento de los contagios.

"Con un virus tan maligno y con una capacidad de extenderse tan rápido, sería estúpido predecir con absoluta certeza lo que sucederá de aquí a cuatro semanas, cuando en las últimas dos semanas ha crecido su tasa", agregó.

Gove subrayó que la "opción nuclear" del cierre era la última que barajaba el Gobierno, pero que era "necesaria para salvaguardar el NHS (sistema sanitario público)".

"Si no llegamos a hacer nada, la primera semana de diciembre el NHS estaría lleno, las consecuencias serían imposibles de exagerar. La situación es peor de lo que nadie esperaba", avisó.

Johnson anunció este sábado un confinamiento nacional para Inglaterra de un mes de duración, desde el próximo jueves hasta el 2 de diciembre, a causa de los alarmantes datos de la pandemia.

Esta medida, que pone fin a la estrategia de restricciones locales por la que había apostado el Gobierno conservador británico, supondrá el cierre obligado de los comercios y negocios no esenciales, así como de toda la hostelería, aunque escuelas y universidades seguirán abiertas.

El anuncio de Johnson llegó el mismo día en que el Reino Unido superó el millón de casos confirmados en laboratorio desde que estalló la pandemia, con 21.915 nuevos positivos en las últimas 24 horas que elevan el total a 1.011.660.

El líder laborista apoyó la medida

El líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, apoyó este domingo la medida de confinar el país durante un mes, aunque recordó que él ya había instado a Johnson a decretar un cierre para "cortocircuitar" la transmisión hace tres semanas, aprovechando las vacaciones escolares que han tenido lugar esta semana.

"El confinamiento ahora será más largo y más duro, y eso tiene muchos costes. Apoyaremos al Gobierno (en el Parlamento), pero tiene que mejorar el sistema de test y rastreo", dijo Starmer, entrevistado en la BBC.

El líder laborista defendió mantener el confinamiento hasta que la tasa de circulación del virus (el llamado número R) baje de 1, que quiere decir que cada persona contagiada infecta a menos de una persona adicional.

El Ejecutivo llevará el lunes su propuesta de confinamiento a la Cámara de los Comunes, que votará el miércoles sobre la medida, para que pueda entrar en vigor esa misma medianoche.