La pandemia del coronavirus amenaza los avances registrados en la Unión Europea (UE) en materia de igualdad de género, según los responsables de un informe sobre su estado publicado este jueves y que pronostica que serán necesarios 60 años para alcanzarla.

Al ritmo actual se tardarían esas seis décadas en lograr la igualdad de género en la UE y el índice que la mide alcanza el 67,9 de 100 puntos posibles, siendo este último el que certificaría la igualdad completa entre sexos en varias áreas de actividad medidos en el informe.

El estudio lo elabora - en este caso con los datos más recientes, que son de 2018 - el Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE), cuya directora, la holandesa Carlien Scheele admite: "hemos visto pequeños pero firmes avances anuales, pero ahora tenemos motivos de preocupación".

"La pandemia del coronavirus plantea una seria amenaza para el avance en la igualdad de género que no podemos permitirnos", dijo Scheele al comentar el informe que publica el EIGE.

"Ahora más que nunca, los políticos necesitan utilizar los resultados de nuestro índice para diseñar soluciones inclusivas que promuevan la igualdad de género en nuestra sociedad, tanto durante como después de la pandemia", agregó en una nota de prensa de esta agencia independiente de la UE con sede en Lituania.

Suecia, Dinamarca y Francia

El índice del EIGE coloca en primer lugar en la UE a Suecia, con un nivel de 83,8 puntos sobre 100; le siguen Dinamarca, con 77,4; Francia, con 75,1; Finlandia, con74,7, y Holanda, con 74,1.

España se coloca en octavo lugar, con 72 puntos y supera la media de la UE, que se sitúa en los 67,9 puntos; las posiciones de cola son para Grecia (52,2), Hungría (53) y Rumanía (54,4).

El EIGE recuerda que los avances en igualdad de género en los niveles de toma de decisiones son el principal motor para alcanzar los objetivos y que, desde 2010, ahí se han dado el 65 % de los avances registrados.

Sin embargo, en ese ámbito solo se alcanza de momento un nivel de 53,3 puntos de cien; el informe destaca que los mayores avances se han dado en el sector privado, sobre todo por las decisiones de igualar la participación de mujeres en los consejos de administración empresariales.

Bélgica, Dinamarca, Alemania, Italia, Holanda, Finlandia, Suecia y el Reino Unido son los países en los que casi una tercera parte de sus consejos de administración están ejercidos por mujeres y Francia es el único país que tiene más de un 40 %.

Los autores del estudio consideran que esos países han contribuido a que aumente la puntuación en ese ámbito pero avisan de que el ritmo de mejora se ralentizará a no ser que otros países adopten medidas similares.

Pocas estudiantes de ciencia, pocos enfermeros

Otro aspecto que aborda el EIGE es la segregación tanto en la educación como en el trabajo, entendida como la concentración de mujeres u hombres en determinadas áreas o empleos, y ello pese a los esfuerzos emprendidos para abordar el problema, como animando a las mujeres a estudiar disciplinas científicas, ingenierías o tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

Y es que el informe revela que la segregación de hecho ha aumentado desde 2010: solo dos de cada diez empleos en las TIC los desempeñan mujeres; mientras tanto, hay carencia de hombres en el ámbito de los cuidados: solo son el 15 % de los enfermeros, matronas y personal asistencial en servicios de salud.

El informe del EIGE de 2020 dedica una atención especial a las consecuencias de la digitalización en la vida laboral de hombres y mujeres y constata que estas tienen un mayor riesgo de ser reemplazadas por robot y están además subrepresentadas en el desarrollo de la inteligencia artificial.

Ellas tienen menos empleos que los hombres en las empresas emergentes y de productos de alta tecnología, como en el sector aerospacial, de fabricación de fibra óptica, láser y semiconductores; en general, dice el EIGE, "los hombres dominan el desarrollo de nuevas tecnologías en toda la UE".

Los resultados del índice que elabora la agencia se basan en las diferencias percibidas entre hombres y mujeres y los logros alcanzados en seis áreas principales: trabajo, dinero, conocimiento, tiempo, poder y salud.

El índice ofrece visibilidad sobre aquellas áreas en las que se necesita conseguir mejoras y tiene ahora dos ámbitos nuevos: la violencia contra las mujeres y las desigualdades que resultan de la combinación del criterio de género con otros como la discapacidad, la edad, el nivel de educación, país de origen o tipo de entorno familiar.