El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, dijo hoy que no se descarta tener que aplicar medidas agresivas en caso de que la pandemia empeore, como establecer toques de queda como en otros países o incluso un confinamiento total.

"Si hay un agravamiento de la situación, todo lo que debe ser decidido será decidido", señaló en declaraciones a periodistas en el Algarve (sur), donde defendió que "ningún poder político puede, ante un agravamiento brutal, quedarse parado".

El jefe de Estado de Portugal, donde actualmente hay algunas restricciones horarias en comercios y hostelería y limitación de las reuniones a cinco personas, recordó que otros países ya han implementado medidas más duras.

"Hay países que tienen por ejemplo toque de queda, parar la actividad económica, principalmente comercial y de servicios, a una determinada hora del día", refirió Rebelo de Sousa, que recordó que en Portugal ya hubo barrios confinados y un confinamiento total a nivel nacional, aunque de carácter voluntario.

Pero el estado de emergencia declarado en marzo y abril, recordó, permitía incluso un grado mayor, el confinamiento obligatorio.

"Queremos evitar eso", aseguró el presidente, que consideró que, además de los contagios -que hoy tocaron un nuevo máximo-, lo más preocupante es el aumento de las muertes.

"Si las muertes se disparan a varias decenas por día, tenemos un problema grave", avisó, en un día en el que se registraron 21 fallecidos, el número más alto desde abril.

El presidente dejó un llamamiento a los portugueses para que la pandemia no siga avanzando y no sean necesarias medidas más duras.

"Nadie quiere que se llegue a esas formas radicales. Pero para eso es necesario que la gente haga un gran esfuerzo", concluyó.

Portugal registró en las últimas veinticuatro horas un nuevo récord de casos positivos de Covid-19, con 2.608 contagiados que elevaron la cifra total desde que empezó la pandemia hasta 95.912, con 2.149 personas fallecidas.

El Gobierno espera el respaldo del Parlamento para obligar al uso de mascarilla en la calle e impulsar la utilización generalizada de "Stayaway Covid", la aplicación de rastreo del virus que alerta de los contactos con positivos y que ha desatado un tenso debate político en Portugal.