Más de una treintena de personas han sido detenidas esta madrugada en Tel Aviv durante una nueva noche de protestas contra las restricciones a las concentraciones impuestas por el Gobierno israelí por la pandemia de coronavirus, en lo que sus críticos consideran una medida para coartar el enfado popular contra el primer ministro, Benjamin Netanyahu.

Según los organizadores, cerca de 100.000 personas han salido este sábado por la noche a las calles de todo el país, después de la entrada en vigor de estas nuevas restricciones que limitan el número de manifestantes a grupos separados de 20 personas y obligan a desarrollar las protestas en un radio de un kilómetro de los domicilios de los participantes.

Estas protestas ocurren más o menos desde junio y tienen como escenario principal las inmediaciones del domicilio del primer ministro en Jerusalén. Dado que ahora es imposible llegar ahí, los manifestantes se han limitado a salir a las calles más cercanas para protestar contra la gestión de la pandemia efectuada por el primer ministro, que además está siendo juzgado por corrupción.

La protesta más importante ha tenido lugar en el centro de Tel Aviv, donde la Policía, a caballo, ha tenido que disolver la manifestación a base de cargas. De acuerdo con las fuentes de seguridad, citadas por el 'Yedioth Aharonoth', un total de 38 personas han sido detenidas, la mayoría en esta concentración que, según la Policía, excedía con mucho el número permitido de asistentes.

En lo que al balance de la pandemia se refiere, el país ha experimentado una ligera caída en la tasa de infección por coronavirus durante el fin de semana, pero los números de casos graves y fallecimientos siguen siendo elevados, según han informado este domingo las autoridades.

Desde la medianoche del domingo, 85 personas han dado positivo por el virus, lo que eleva el recuento de pacientes activos actualmente enfermos con la enfermedad a 70.172. Desde el inicio del brote en Israel, 264.857 personas dieron positivo en algún momento.

El número de muertos asciende ya a 1.682 después de que más de 100 personas fallecieran durante el fin de semana, y el número de casos graves es de 830 pacientes, de los cuales 223 reciben respiración asistida.