La Comisión Europea no ha esperado para anunciar el inicio de acciones legales contra el Reino Unido por el incumplimiento de las obligaciones del Acuerdo de Retirada. Apenas unas horas después de que concluyera el plazo dado a Londres -este pasado 30 de septiembre- la presidenta Ursula von der Leyen ha anunciado la apertura formal de un procedimiento de infracción tras constatar que el Gobierno británico no ha eliminado los elementos problemáticos de la nueva ley de mercado interno que vulnera el protocolo sobre Irlanda e Irlanda del Norte incluido en el acuerdo de divorcio del 'brexit'.

"Invitamos a nuestros amigos británicos a eliminar las partes problemáticas del borrador de ley de mercado interior para finales de septiembre. Este borrador vulnera las obligaciones de buena fe recogidas en el acuerdo de retirada. Es más, si se adopta tal y como está estará en plena contradicción con el protocolo sobre Irlanda e Irlanda del norte", ha indicado von der Leyen durante una breve declaración sin preguntas de la prensa sobre uno de los elementos claves del acuerdo de divorcio para evitar el regreso de una frontera dura a la isla y proteger los acuerdos de paz de Viernes santo de 1998.

La presidenta ha explicado que el ultimátum dado a Londres expiró anoche sin que las disposiciones problemáticas hayan sido eliminadas por lo que "la Comisión ha decidido enviar una de emplazamiento" al Gobierno de Boris Johnson. Se trata del primer paso en el procedimiento de infracción contra el Reino Unido que tiene ahora un mes de plazo para responder a Bruselas sobre un proyecto de ley que presentaron el pasado 9 de septiembre y que continúa su tramitación. Si las explicaciones no satisfacen al Ejecutivo comunitario el procedimiento lanzado su curso y podría terminar ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea."Violación flagrante"

Según el Ejecutivo, de adoptarse esta ley constituirá "una violación flagrante del Protocolo sobre Irlanda e Irlanda del Norte" ya que permitiría a las autoridades del Reino Unido saltarse unilateralmente las disposiciones pactadas con la UE, que entraron en vigor con el divorcio el pasado 1 de febrero, en relación a cuestiones tan sensibles como las ayudas de estado y los controles aduaneros. El número dos del Gobierno británico, Michael Gove, dejó claro el lunes al vicepresidente de la Comisión, Maros Sefcovic, que Londres no dará marcha atrás. Según un portavoz del Gobierno británico, Londres ha dejado "claras" sus razones para introducir las medidas. "Necesitamos crear una red legal para proteger la integridad del mercado interno del Reino Unido, garantizar que los ministros siempre pueden cumplir con sus obligaciones con Irlanda del norte y proteger los beneficios del proceso de paz".

Pese a este desafío, von der Leyen ha explicado que la Comisión seguirá "trabajando duro" para lograr una aplicación plena y en plazo del acuerdo de retirada lo que significa, como repiten desde hace meses los diplomáticos europeos, que la UE no será quien se levante de la mesa de negociación pese a las tácticas británicas. De momento, la decisión permite a Bruselas ganar algo de tiempo mientras prosiguen las negociaciones del futuro acuerdo comercial entre la UE y el Reino Unido, que viven precisamente esta semana su novena ronda en la capital comunitaria sin que se hayan constatado de momento muchos avances respecto a los grandes obstáculos que persisten: el llamado level playing field (competencia justa para evitar el dumping fiscal) y un acuerdo pesquero satisfectorio. Según la agenda de trabajo está previsto que la semana concluya con un encuentro este viernes entre los negociadores de ambas partes, Michel Barnier y David Frost.

El anuncio de Bruselas también coincide con la presencia en Bruselas de los Veintisiete líderes de la UE para participar en un Consejo Europeo extraordinario. Aunque la intención del presidente Charles Michel no es abrir un debate la agenda sí incluye un punto informativo por parte de Michel y von der Leyen este viernes. La gran discusión, no obstante, será previsiblemente en la cumbre del mediados de octubre, el mes que se ha fijado Londres para tratar de cerrar un acuerdo sobre una relación comercial. Sin ese pacto una vez que finalice el período de transición, el 31 de diciembre, las relaciones comerciales estarán sujetas a las normas de la Organización Mundial del Comercio.