David Cameron es el último ex primer ministro británico en sumarse este lunes a las críticas contra un proyecto de ley del Gobierno de Boris Johnson que busca modificar algunos compromisos adquiridos en el acuerdo del Brexit.

La Cámara de los Comunes debate esta tarde - a partir de las 14.30 GMT - el llamado proyecto de ley del Mercado Interno, ideado para regular el comercio del Reino Unido a partir de 2021, cuando habrá terminado el actual periodo de transición con la Unión Europea (UE).

Este proyecto ha sido presentado mientras Londres y Bruselas negocian un acuerdo comercial que debería regir la futura relación bilateral una vez que termine el periodo de transición.

"Aprobar una ley del Parlamento y después romper una obligación contractual internacional es lo muy último que debería contemplarse", afirmó el ex "premier" conservador a los medios mientras continúan las críticas contra el texto legislativo.

"Esto debería ser absolutamente el último recurso. Así que yo tengo reticencias sobre lo que se está proponiendo", añadió.

El antiguo líder conservador subrayó que hay que tener en cuenta que el Reino Unido "está en una negociación vital con la UE para obtener un acuerdo y tenemos que tener en mente ese contexto".

El domingo, los ex primeros ministros Tony Blair y John Major pidieron a los diputados que no apoyen el proyecto, que calificaron de "vergonzoso", y consideraron que la actitud de Johnson es "irresponsable", "equivocada" y "peligrosa".

De ser aprobado el documento legislativo, el Reino Unido podría modificar partes del acuerdo de retirada alcanzado con la Unión Europea (UE) y que dio paso al Brexit el pasado 31 de enero.

El texto ha inquietado a políticos británicos y a la UE, sobre todo porque busca modificar el mecanismo diseñado para evitar levantar una frontera física entre las dos Irlandas, con el objetivo de preservar la paz en Irlanda del Norte, en caso de que ambas partes no lleguen a un acuerdo comercial.

Desde las páginas del dominical "Sunday Times", Blair (laborista) y Major (conservador) criticaron con dureza la actitud del Gobierno "tory" al considerar que el Ejecutivo puede poner en peligro el acuerdo de paz en Irlanda del Norte, perjudicar la credibilidad del Reino Unido en futuros acuerdos comerciales y llevar a medidas de represalia perjudiciales por parte de la UE.

En concreto, el texto otorga al Gobierno poder para modificar o dejar de aplicar algunas reglas relativas a la circulación de bienes contenidas en el protocolo relativo a Irlanda del Norte.

Ese protocolo para Irlanda del Norte se aplicaría solo si no hay un acuerdo al final del actual periodo de transición.

Contempla que la provincia británica quede dentro del mercado único europeo para bienes junto con la República de Irlanda (en la UE), lo que implica crear un sistema de controles con el resto del Reino Unido: uno de los aspectos clave que el Gobierno de Johnson quiere alterar.