El Estado alemán obtuvo en el primer semestre del año un déficit equivalente al 3,2 % del producto interior bruto (PIB) debido a la crisis del coronavirus, informó este martes la Oficina Federal de Estadística (Destatis).

El conjunto de las administraciones central, regional y local más la caja de la seguridad social gastaron en ese período 51.600 millones de euros más de los que ingresaron. En comparación, en el primer semestre de 2019 el Estado alemán había obtenido un superávit de 46.500 millones de euros.

Destatis revisó asimismo la contracción de la economía alemana en el segundo trimestre, de la caída del 10,1 % que anunció con datos preliminares el 30 de julio a un recorte del 9,7 %. Pese a la actualización, sigue siendo el mayor desplome registrado en una medición trimestral del PIB alemán desde que empezaron a publicarse estas estadísticas en 1970.

La contracción ha sido tan abultada que el PIB alemán era, al final del segundo trimestre, un 11,3 % menor que un año antes (una vez eliminadas las distorsiones por calendario y precios).

Destatis destacó en un comunicado el "masivo desplome de la demanda interna e internacional".

En el segundo trimestre, el consumo privado cedió un 10,9 % con respecto al primero; las inversiones en bienes de equipo se desplomaron un 19,6 % y la construcción cayó también, aunque de forma más moderada, un 4,2 %.

En sentido contrario, y equilibrando en parte la situación provocada por la pandemia y las medidas para contenerla, el gasto público repuntó entre abril y junio un 1,5 % con respecto al trimestre previo.

El comercio exterior -uno de los puntales de la primera economía europea- también se hundió a causa del coronavirus. En el segundo trimestre las exportaciones cayeron un 20,3 % con respecto al primer trimestre mientras que las importaciones se contrajeron en un 16,0 %.

El Gobierno alemán estima que el PIB se contraerá en el conjunto de este año un 6,3 %. El Bundesbank (banco central) sitúa la caída en el 7 %.