Los líderes de la Unión Europea se reunirán este miércoles de forma extraordinaria en una cumbre telemática centrada en la situación política de Bielorrusia, con el foco puesto en reafirmar el apoyo a la causa democrática en el país vecino, incluida la posibilidad de facilitar un diálogo entre las autoridades de Minsk y la oposición para salir de la crisis.

La cumbre, un mensaje en sí mismo, ya que no hay precedentes de una reunión extraordinaria de este tipo, fue convocada por el presidente del Consejo, Charles Michel, ante el deterioro de la situación en Bielorrusia. Las protestas contra la reelección de Alexander Lukashenko no han cesado desde las elecciones del 9 de agosto, que la UE considera que no fueron "libres".

Se espera así que la reunión sirva para aunar posiciones en el seno de la UE y para que los líderes reiteren su respaldo a la causa democrática en Bielorrusia. Fuentes europeas señalan que los Veintisiete debatirán cómo mantener abierto el diálogo interno en Bielorrusia, incluida una posible mediación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), organismo del que forman parte tanto Rusia como Bielorrusia.

Algunos socios europeos han insistido especialmente en que la Unión juegue un papel de facilitador, caso de Varsovia y otras capitales bálticas. A este respecto, el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha prometido una oferta en nombre de la UE para lanzar el diálogo entre las autoridades y la oposición en Bielorrusia.

Otras fuentes consultadas ven difícil que en este punto se sustancie una propuesta concreta, dado el escenario cambiante y los posibles movimientos en Minsk. Creen que los líderes de los Veintisiete se limitarán a repetir la llamada para que las autoridades de Bielorrusia rebajen la tensión, pongan en libertad a los detenidos y permitan el trabajo de los medios de comunicación.

La UE trabaja en sanciones

En todo caso, la reunión llega después de la decisión el pasado viernes de iniciar el proceso en la UE para imponer sanciones contra los responsables de la represión y el fraude electoral en Bielorrusia. Se espera que el marco de restricciones pueda estar listo para finales de mes, cuando los ministros de Exteriores del bloque se vuelven a reunir de forma informal en Berlín.

La UE, que ha rechazado los resultados oficiales y ha exigido la liberación de los detenidos durante las protestas, mostró este lunes su apoyo a las multitudinarias movilizaciones. En un comunicado, Borrell indicó que las protestas hablan por sí solas y que "lo que quiere la población de Bielorrusia es un cambio y lo quiere ya". "La UE les respalda", zanjó.

Desde que estallara la crisis, Polonia y los países bálticos han sido los más críticos con las autoridades de Minsk. Tanto Letonia como Lituania y Polonia comparten frontera terrestre con Bielorrusia y la principal opositora Svetlana Tijonavskaya se ha refugiado en Lituania tras denunciar persecución en su país.

Estos países han encontrado en Alemania a un firme aliado para pedir sanciones contra el régimen de Bielorrusia. Este lunes un portavoz del Gobierno germano calificó de "impresionantes" las movilizaciones en el país y defendió que los bielorrusos "deben ver que Europa está de su lado".

También Suecia se ha reivindicado como otro de los impulsores de las restricciones. Antes de la cumbre, su primer ministro, Stefan Lofven, ha señalado que continuará presionando para conseguir una respuesta "activa y clara" de la UE ante la crisis en el país vecino.