La oposición bielorrusa se negó hoy a reconocer la victoria del presidente del país, Alexandr Lukashenko, en las elecciones del domingo y le pidió abrir negociaciones para la entrega pacífica del poder en un plazo de dos semanas.

"No reconocemos los resultados. Hemos visto los protocolos de votación", dijo Svetlana Tijanóvskaya, candidata de la oposición unificada, en rueda de prensa en Minsk.

Tijanóvskaya, quien llamó anoche a los bielorrusos, manifestantes y policía, a "cesar la violencia" en Minsk y otras ciudades del país, instó hoy a "los que creen que su voto ha sido robado a no quedarse callados".

Lukashenko, reelegido

Según informó hoy la Comisión Electoral Central, Lukashenko, en el poder desde 1994, ganó los comicios con el 80,23 % de los votos, con lo que podrá ejercer un sexto mandato presidencial.

Mientras, Tijanóvskaya se tuvo que conformar con el 9,9 %, un resultado inesperado para sus partidarios, que consideran que hubo pucherazo, especialmente en Minsk.

Aparte de que más del 40 % votó por adelantado, la oposición mantiene que las autoridades le robaron la victoria a su candidata el domingo en numerosos colegios, según el recuento paralelo realizado con un programa informático al que los electores enviaban una foto de su papeleta.

La oposición no se limitará a no reconocer los resultados, aseguró a Efe la portavoz de Tijanóvskaya, Anna Krasulina.

"Recurriremos en los tribunales los resultados de aquellos colegios donde estos fueron falsificados. Y lo mismo haremos con aquellos donde los protocolos no se publiquen en los próximos dos días", explicó.

Ultimátum opositor

Además, al tiempo que se apoyan "los cambios pacíficos", se llama al pueblo a "defender" su victoria en las urnas.

"Sólo recurriremos a métodos pacíficos. Manifestaciones, huelgas, retirada de los ahorros de los bancos. Son una serie de medidas que pueden dar un vuelco a la situación", subrayó.

Todas esas medidas están encaminadas a que finalmente Lukashenko -felicitado por su victoria por el presidente ruso, Vladímir Putin, y el líder chino, Xi Jinping- abandone el poder.

"Llamamos a las autoridades a dialogar con nosotros para ceder pacíficamente el poder al pueblo. El pueblo bielorruso ganó las elecciones y Lukashenko quiere robarle la victoria", dijo Krasulina.

La oposición le da a Lukashenko "un plazo de dos semanas" para lo que llaman "traspaso civilizado del poder".

"Han perdido. Les pedimos que reconozcan la victoria de Tijanóvskaya. No tiene sentido que haya más víctimas. Esperemos que la comunidad internacional ejerza de mediadora en las negociaciones", añadió.

Advertencias de Lukashenko

Lukashenko, de 65 años, denunció que las protestas registradas no fueron espontáneas y estuvieron en realidad patrocinadas por países como la República Checa y Polonia y por grupos provenientes de las vecinas Ucrania y Rusia.

"Por lo que dicen, vemos quiénes son los que manejan los hilos. Una de las líneas (de investigación) nos lleva a la República Checa. De Polonia ya ni hablo. En resumen, intentan controlar la situación desde el exterior", aseveró.

Acusó a Praga de presionar a los activistas opositores para que tomaran las calles con el fin de entablar negociaciones con las autoridades para la "entrega pacífica del poder".

"Es decir, Lukashenko, que se encuentra en la cúspide de la vertical de poder, al frente del Estado debe cederles el poder tras lograr un 80 % de los votos", señaló.

Lukashenko denunció que los organizadores de los desórdenes querían "incendiar" Minsk.

"Pero no lo lograron. Ya les advertí de que no habría un Maidán (revolución a la ucraniana). Por todo ello, la respuesta será adecuada. No permitiremos que destruyan el país", alertó.

Según informó hoy el Ministerio del Interior, unas 3.000 personas fueron detenidas en las protestas, después de que los sondeos a pie de urna dieran una amplia victoria a Lukashenko, a lo que hay que sumar casi un centenar de heridos, entre manifestantes, policías y periodistas.

Protestas y huelga

En las redes sociales aparecieron llamamientos a continuar hoy las protestas a partir de las 19.00 hora local (16.00 GMT) en Minsk y otras ciudades del país, después de que anoche Lukashenko "declarara la guerra" a su pueblo.

"Amigos, después de lo ocurrido ayer, Lukashenko no puede de ningún modo seguir en el poder. Para acabar con este gobierno necesitamos tenacidad, coraje y vuestro activismo", señalan y aconsejan a los manifestantes a que lleven cascos, gafas, calmantes, vendas y mascarillas.

Además, llaman a partir de mañana, martes, al mediodía a la huelga general para lograr la liberación de todos los presos políticos y la convocatoria de unas nuevas elecciones.

Por de pronto, la Fábrica Metalúrgica Bielorrusa suspendió ya parcialmente sus operaciones, tras lo que la Policía hizo acto de presencia en el recinto de la planta.

"El pueblo bielorruso ya no aguanta más humillaciones, pero no quiere conflicto, sólo elecciones libres. Si el gobierno cree que este es algo provisional, está muy equivocado. Hemos venido para quedarnos", resaltó Krasulina.

Destacó que en algunos lugares los efectivos de seguridad se negaron a utilizar la fuerza contra sus conciudadanos, por lo que la oposición pidió a la Policía que desobedezca las "órdenes criminales".

"Sabemos que Lukashenko no puede entender su vida sin el poder. Para él, perder es igual que morir. Pero en el gobierno hay otra gente y esperemos que ellos sean quienes tomen las decisiones adecuadas", apuntó.