La ministra de Defensa alemana, Annegret Kramp-Karrenbauer, apostó este sábado por introducir a partir del año que viene un nuevo servicio voluntario en el ejército en el que los interesados reciban una formación básica militar, al tiempo que se pronunció en contra de regresar a la obligatoriedad.

El nuevo servicio, bajo el lema "Tu año para Alemania", consistirá en seis meses de formación básica militar y otro medio año de prestación como reservista cerca del lugar de residencia, precisó la ministra cristianodemócrata en una comparecencia ante la prensa.

"En principio es una cosa intermedia entre servicio militar voluntario o no hacer nada", señaló.

La nueva comisaria parlamentaria para las fuerzas armadas, la socialdemócrata Eva Högl, había calificado previamente en una entrevista al grupo mediático Funke de "gran error" la eliminación del servicio militar obligatorio hace nueve años y abrió así el debate sobre su reintroducción.

"En todo caso le haría un gran bien a las fuerzas armadas si una gran parte de la sociedad prestara servicio durante un tiempo. Eso dificulta asimismo que el extremismo ultraderechista se extiende en la tropa", argumentó.

Kramp-Karrenbauer habló de un interesante debate pero subrayó que "no se trata simplemente de revivir el servicio militar obligatorio en su forma antigua ni tampoco de verlo en particular como una lucha contra la ultraderecha".

"Se trata de ver qué es lo que nos mantiene cohesionados en esta sociedad", agregó.

El martes pasado, Kramp-Karrenbauer anunció un plan de choque para combatir el extremismo de derechas en las KSK (Fuerzas Especiales del Ejército), que incluye la disolución de una de las dos compañías en activo del comando.

La parte de las Fuerzas Especiales que no será disuelta se verá sometida a una reforma drástica y observada de cerca durante esta transformación, que según está previsto se completará antes de finales de año, agregó la ministra.

Estas fuerzas de élite de la Bundeswehr, que cuentan con aproximadamente 1.400 efectivos, se han visto implicadas en los últimos años en varios escándalos relacionados con la presunta integración de varios de sus miembros en células de ideología ultraderechista.

El último incidente en salpicar a las KSK se produjo en mayo, cuando fue detenido uno de sus miembros que había ocultado explosivos, armas y municiones, parte de ellos sustraídos al ejército, en el jardín de su casa y que se hallaba en posesión de parafernalia nazi.

Kramp-Karrenbauer advirtió este miércoles en una rueda de prensa de que en las filas del ejército prosperen "culturas" de radicalización, lo que, de permitirse, agregó, supondría un gran riesgo de convertirse en un "problema estructural".

Al mismo tiempo aseguró que tanto la Bundeswehr en su totalidad como las KSK constituyen en su gran mayoría "una unión, un ejército fiel a la Constitución".