La inestabilidad vivida en la última década, que arrancó con la llamada 'Primavera Árabe', junto con el estallido de varias guerras civiles, el incremento de la actividad yihadista en algunas zonas del mundo y la persecución sistemática de determinados grupos y personas ha hecho que el número de refugiados se haya duplicado en la última década, sin que por ahora haya señales de que la cifra volverá a disminuir.

En 2010, había unos 10 millones de refugiados en todo el mundo, un dato que al término de 2019 se elevaba a 20,4 millones, sin contar a los 5,6 millones de refugiados palestinos ni a los 4,5 millones de venezolanos que habían abandonado su país a finales del pasado año, según explica el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en su último informe sobre 'Tendencias Globales'.

Sin duda, en la última década la principal fuente de refugiados ha sido Siria. La guerra aún en curso en este país ha provocado el éxodo de 6,6 millones de personas, casi la mitad de las cuales se encuentran en la vecina Turquía (3,6 millones) mientras que buena parte del resto han buscado refugio en Líbano, Jordania y Egipto. Además, otros 6 millones de sirios se han visto desplazados dentro de su país.

Para contrarrestar en parte este aumento en el número de refugiados en Oriente Próximo, los refugiados iraquíes pasaron de 1,6 millones a 63.000, ya que se vieron forzados a abandonar Siria debido a la guerra en este país y volver a Irak o a buscar asilo en otros países más lejanos.

El otro gran foco en lo que a número de refugiados se refiere se encuentra en el África Subsahariana. Aquí, según ACNUR, en la última década se pasó de 2,2 millones de refugiados a 6,3 millones. En esta década ha habido dos grandes conflictos, aún sin superar del todo, los de Sudán del Sur y República Centroafricana (RCA). En el caso del primero, hay unos 2,3 millones de refugiados sursudaneses en la región, mientras que el segundo ha provocado el éxodo de más de 600.000 centroafricanos.

Además, persisten otros dos conflictos enconados, el del este de República Democrática del Congo (RDC) --unos 900.000 refugiados-- y también el de Somalia --más de 775.000--, y la crisis política que estalló en Burundi en 2015 provocó la huida del país de cientos de miles de personas.

El caso de Venezuela

En el caso de América, según ACNUR, se ha cuadruplicado el número de personas desplazadas a través de las fronteras en este periodo, principalmente debido al movimiento internacional de los venezolanos. Al término de 2019, Venezuela era el segundo país con más población fuera de sus fronteras: 93.300 refugiados reconocidos, 3,6 millones desplazados fuera de sus fronteras y 794.500 a la espera de resolver su solicitud de asilo.

La de Venezuela es quizá la única situación en la que sin necesidad de un conflicto armado se ha producido un éxodo masivo. La crisis política de los últimos años ha desembocado en una crisis humanitaria que ha empujado a más de 5 millones de venezolanos a salir del país, según los últimos datos. El 73 por ciento de ellos se encuentran en los países vecinos y de la región.

A ellos se suman los cientos de miles de centroamericanos, en particular los del llamado Triángulo Norte --El Salvador, Guatemala y Honduras-- que han huido del deterioro de las condiciones de seguridad y de la violencia, principalmente a manos de las maras, para buscar refugio en toda la región, con Estados Unidos como principal país de destino.

Por lo que se refiere a la región de Asia y el Pacífico, en la última década se produjo un aumento del 3 por ciento en el número de refugiados, en buena medida por el retorno de millones de refugiados afganos desde Pakistán e Irán a su país, si bien siguen representando el tercer mayor grupo a nivel mundial, con 2,7 millones.

En este caso, el aumento vino motivado por la salida de casi 700.000 rohingyas en 2017 desde Birmania hacia Bangladesh, donde hay en la actualidad en torno a un millón de personas de esta minoría musulmana, a cuyos miembros las autoridades birmanas no reconocen como nacionales y que han sido objeto de persecución sistemática en los últimos años.

Incluso Europa ha vivido en la última década una guerra --aún sin cerrar-- en su territorio. El conflicto en el este de Ucrania, según ACNUR, ha empujado a unos 60.000 ucranianos a buscar refugio en todo el mundo.

El retorno, cada vez más difícil

En general, quienes buscan refugio para salvar sus vidas cruzando una frontera lo hacen con la esperanza de regresar cuanto antes a sus casas, por eso la gran mayoría de los refugiados prefieren quedarse en los países vecinos. Sin embargo, cada vez son más los que se ven atrapados en lo que ACNUR define como "situación prolongada", aquella en la que 25.000 o más refugiados de la misma nacionalidad llevan más de 5 años exiliados en un determinado país.

De acuerdo con el último informe, a finales de 2019 había 15,7 millones de refugiados en esta circunstancia, lo que supone el 77 por ciento del total, si bien el dato es ligeramente inferior a los 15,9 millones de 2018. Aquí están incluidos, por ejemplo, los afganos que llevan décadas viviendo en Irán y Pakistán o los somalíes que residen en Kenia, pero también sirios o sursudaneses.

Sin embargo, no solo la prolongación de las situaciones por las que huyen impiden que los refugiados regresen a sus países, también la falta de otras soluciones hacen que esto ocurra. En la última década, solo 3,8 millones regresaron a sus países, un dato que contrasta con los casi 10 millones que lo hicieron la década anterior y los 15 millones en las dos décadas previas.

"Al haber más personas desplazadas y menos capaces de regresar, un número cada vez mayor se encuentra en situaciones de desplazamiento prolongado y duradero. El mundo ha pasado claramente de una década de soluciones a una década de desplazamientos nuevos y prolongados", lamenta ACNUR en su informe.

Menos opción de reasentamiento

Una de las soluciones es el reasentamiento. Sin embargo, en 2019, menos del 1 por ciento de los refugiados fueron reasentados, mientras que a lo largo de la década el total asciende a poco más de un millón, en comparación con los 3,9 millones que regresaron a sus países. Así pues, resalta el informe, por cada refugiado reasentado desde 2010, aproximadamente cuatro han sido repatriados.

El número de países que proporcionaron plazas de reasentamiento pasó de 24 en 2010 a un máximo de 35 en 2016 y 2017, para volver a disminuir a 29 en 2018 y 2019. Mientras esto ocurría, el número de refugiados que necesitan ser reasentados en otros países ha aumentado drásticamente.

En la actualidad, ACNUR estima que más de 1,4 millones de refugiados necesitan ser reasentados, lo que supone un aumento del 80 por ciento desde 2011. Sin embargo, solo hay una plaza de reasentamiento disponible para cada 20 refugiados vulnerables que lo necesitan.

Estados Unidos ha sido el principal país de reasentamiento en los últimos 10 años, tras acoger al 55 por ciento de los refugiados reasentados (575.600), seguido por Canadá, con el 20 por ciento (210.600) y Australia, con el 11 por ciento (114.500).

La otra vía que les queda a los refugiados es la de naturalizarse en el país de acogida. En la última década, según las estadísticas disponibles, casi 322.400 refugiados de 185 países se naturalizaron en 65 países.