El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha mostrado este miércoles su oposición a la posibilidad de renombrar las bases militares estadounidenses que llevan el nombre de comandantes confederados.

Trump ha señalado que las "monumentales y muy poderosas" bases militares con nombres de comandantes confederados "se han convertido en parte de una gran herencia estadounidense y en historia de victoria y libertad".

"Estados Unidos entrenó y desplegó a nuestros héroes en estos terrenos sagrados y ganaron dos guerras mundiales", ha continuado, en una serie de mensajes difundidos a través de su cuenta de Twitter.

"Por lo tanto, mi Administración ni siquiera considerará el cambio de nombre de estas magníficas y legendarias instalaciones militares. Nuestra historia como la nación más grande del mundo no se alterará", ha explicado. "¡Respetad a nuestros militares!", ha concluido.

El secretario de la Armada, Ryan McCarthy, y el secretario de Defensa, Mark Esper, se han mostrado abiertos a mantener una "conversación bipartidista" sobre cambiar el nombre de la casi una docena de instalaciones militares que llevan los nombres de comandantes confederados, ha informado la cadena de televisión CNN. Algunas de ellas son Fort Bragg, en Carolina del Norte, Fort Hood, en Texas, y Fort A. P. Hill, ubicada en Virginia.

La muerte del afroamericano George Floyd a manos de la Policía ha desatado en Estados Unidos una ola de indignación y protestas multitudinarias que claman por justicia y critican la desigualdad racial y están consiguiendo que muchos cuestionen el 'status quo' en el país norteamericano.

Trump aprueba sanciones

El presidente estadounidense, Donald Trump, autorizó este jueves sanciones económicas así como la ampliación de las restricciones de visados contra funcionarios de la Corte Penal Internacional (CPI) dedicados a investigar a tropas estadounidenses, en un nueva señal de rechazo al tribunal internacional.

"Las acciones de la Corte Penal Internacional son un ataque a los derechos de los estadounidenses y amenazan con socavar nuestra soberanía nacional", señaló la Casa Blanca en un comunicado.

Como consecuencia, agregó la nota, "el Presidente ha autorizado sanciones económicas contra funcionarios de la Corte directamente implicados en un esfuerzo para investigar personal de EE.UU. sin el consentimiento de EE.UU.".

Entre estas medidas figuran el bloqueo de propiedades que estos funcionarios puedan tener bajo jurisdicción estadounidense.

Asimismo, señaló tener "fuertes razones para creer que hay corrupción y mala conducta a los más altos niveles de la Oficina del Fiscal (cargo ocupado por la fiscal Fatou Bensouda).

"Pese a los repetidos llamados de EE.UU. y sus aliados para su reforma, la Corte no ha tomado acción alguna para su reforma y ha continuado persiguiendo investigaciones motivadas políticamente contra nosotros y nuestros aliados, incluido Israel".

En su discurso ante la ONU en 2018, el presidente estadounidense, Donald Trump, rechazó la "legitimidad y autoridad" de la corte, por considerar que se extralimita en sus decisiones y vulnera la soberanía del país.

Estados Unidos nunca ha sido miembro de la CPI, con sede en La Haya (Holanda) y fundada en 1998.