El Gobierno escocés anunció este miércoles que pospone sus planes para celebrar este año un nuevo referéndum de independencia del Reino Unido, como formalmente había solicitado a Londres, debido a la crisis sanitaria global que ha desatado la pandemia del Covid-19.

En una carta remitida al "número dos" del Ejecutivo, Michael Gove, el ministro de Relaciones Constitucionales, Michael Russell, comunicó que la decisión responde a la voluntad de dedicar todos los recursos a gestionar la rápida propagación del coronavirus.

"A causa de la crisis, el Gobierno escocés ha paralizado el trabajo para celebrar un referéndum de independencia este año (...) Eso nos permitirá destinar todos los recursos disponibles a la actual y futura demanda en lo que es un escenario sin precedentes. De esto se deduce que no se celebrará un referéndum este año", afirmó Russell en la misiva.

En diciembre pasado, la ministra principal escocesa, la nacionalista Nicola Sturgeon, solicitó formalmente al Gobierno de Boris Johnson, la convocatoria de un segundo plebiscito -después del que tuvo lugar en 2014, en que el 55 % rechazó la separación- con el argumento de que la mayoría de escoceses votó en contra de la salida de la Unión Europea (UE).

La respuesta del "premier" fue de rotunda negativa, lo que dejó al Ejecutivo regional con poco margen de maniobra, ya que el acuerdo de Londres es imprescindible para que se pueda convocar una consulta legal y vinculante como la de hace seis años y que Sturgeon pretende replicar.

Si bien el Gobierno escocés no había descartado recurrir a los tribunales para que dilucidaran el enfrentamiento, varias voces dentro del Partido Nacionalista Escocés (SNP), que lidera Sturgeon, ya habían mostrado su incredulidad ante la posibilidad de que se llevara a cabo el plebiscito "antes de finales de año", como sostenía la cúpula de la formación.

Russell también instó al Gobierno británico a paralizar "al menos durante seis meses" las negociaciones con la UE sobre la futura relación comercial que se implantará cuando el país abandone definitivamente el bloque el próximo 31 de diciembre.

"Parece imposible que las empresas puedan hacer frente al enorme desafío del coronavirus y, al mismo tiempo, prepararse para una relación completamente nueva con la UE dentro de nueve meses", señaló.

Por ahora las conversaciones han quedado congeladas, pero Johnson ha reiterado su deseo de que no se produzca ninguna extensión del periodo previsto para la retirada definitiva del club comunitario.

Las encuestas más recientes mostraban que el apoyo a la independencia había repuntado en Escocia y se situaba alrededor del 50 %, prácticamente empatado con la opción de la permanecer en el Reino Unido, según los analistas, debido al cambio de opinión de aquellos que defendían la permanencia en la UE.

El Partido Conservador escocés, que lidera la oposición y ha cerrado filas en torno a Sturgeon para facilitar la gestión de la crisis sanitaria, dio la bienvenida a los planes del Gobierno y los calificó de "alivio para los trabajadores y las empresas".