Casi 850 millones de niños y jóvenes están sin clase por las suspensiones adoptadas en más de un centenar de países para combatir el brote de coronavirus, según el último balance de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

La agencia tiene registrados a 113 países con cierres totales o parciales de los centros educativos, lo que afectaría a un total de 849,4 millones de alumnos. La UNESCO ha ofrecido su ayuda para minimizar el impacto de estas medidas, "especialmente para los más vulnerables".

Solo en China, origen de la pandemia global, la organización estima que más de 278 millones de niños y jóvenes se han visto afectadas por la paralización de las clases en los distintos niveles educativos. India, el segundo mayor país por número de alumnos, por ahora solo ha registrado cierres localizados.

La directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Henrietta Fore, ha aludido al cierre de los colegios como uno de los efectos de una pandemia que ha "trastocado" la vida de muchos. "Es un territorio desconocido para todos", ha admitido en un comunicado.

Fore ha advertido de que "la necesidad de ayuda nunca había sido tan grande" y ha apelado a la solidaridad internacional, principalmente "para ayudar a los que no tienen nada o a nadie".

"Nunca antes nuestra labor de proporcionar a los niños servicios de salud, educación, nutrición y protección había sido tan importante. Hay millones de niños desarraigados, afectados por guerras, muriendo por enfermedades prevenibles, que no van a la escuela o que no reciben las vacunas que necesitan", ha agregado.