Un tribunal turco ha condenado este viernes a 125 años de cárcel a cada uno de los tres traficantes directamente implicados en la muerte del niño kurdosirio Alan Kurdi, cuyo cuerpo ahogado y sin vida se convirtió, en 2015, en el icono de la tragedia de los refugiados.

Kurdi y su familia intentaban llegar desde Turquía a la isla griega de Kos cuando su bote naufragó cerca de la costa. Murieron cinco personas, entre ellas el pequeño, su madre Rihan y su hermano Galip, de cinco años.

Los tres condenados, identificados como Cebrail E., Ecevit Bülent G. y Ali Can S., llevaban cinco años a la fuga hasta que fueron detenidos en la ciudad de Karatas, en el sur del país y muy cerca del lugar del naufragio, en la provincia de Adana, según informa la agencia oficial de noticias turca Anatolia.

Todos ellos han sido condenados por asesinato al entenderse que fueron los directos responsables de gestionar el fatídico viaje.

El cuerpo de Kurdi, de tres años, fue arrastrado a la orilla y la imagen capturada por las cámaras acabó poniendo rostro a las penurias y los riesgos que atraviesan quienes huyen de la guerra.

En 2016, Turquía ya condenó a dos sirios a cuatro años en prisión por tráfico de personas relacionadas con la muerte de Kurdi y su familia.