El presidente francés, Emmanuel Macron, y su esposa, Brigitte, recibieron este miércoles a los reyes de España en el Palacio del Elíseo, sin que se estrecharan la mano ni se besaran de acuerdo a las medidas de prevención establecidas ante la expansión del coronavirus.

Macron y su esposa ofrecieron un almuerzo a los reyes en la sede de la Presidencia francesa con motivo del acto de homenaje a las víctimas del terrorismo que va a tener lugar por la tarde en la plaza de Trocadero de la capital parisina. Macron y su esposa esperaron a los reyes al pie de la escalinata del palacio para darles la bienvenida al bajarse del coche oficial.

Ante las recomendaciones de las autoridades sanitarias de que los ciudadanos no se estrechen la mano para evitar el contagio, el matrimonio Macron hizo una ligera reverencia con las manos juntas para excusarse y sustituir el apretón de mano y los besos. El mandatario francés y su esposa optaron por lanzar un beso al aire a la reina para saludarla.

Durante unos segundos, intercambiaron unas primeras palabras de forma distendida y Macron estrechó el brazo del rey a la altura del codo para expresarle su afecto, a lo que don Felipe respondió poniéndole el brazo en la espalda. Tras posar ante los medios gráficos a la entrada del palacio, los dos jefes de Estado y sus esposas accedieron al interior para celebrar el almuerzo.

La imagen de los cuatro ha contrastado con la que protagonizaron en octubre de 2018, en la anterior ocasión en la que los reyes estuvieron en la capital francesa para visitar una exposición del pintor español Joan Miró en el Grand Palais. En aquella ocasión, se estrecharon la mano y tuvieron diversos gestos de cercanía y complicidad, en especial entre la reina y Brigitte. Aquella jornada se completó con una cena privada de los cuatro en un restaurante parisino.

Esta nueva visita a París coincide con un momento de especial preocupación por la expansión del coronavirus que, además de Italia, está afectando especialmente a España y Francia, donde hay más de 1.600 contagiados y más de una treintena de muertos.

El Elíseo ha reforzado las medidas de protección en torno al presidente después de que se haya confirmado que el ministro de Cultura, Frank Riester, está contagiado y de que hay sospechas de que también lo pueda estar el jefe de gabinete de Macron.

A pesar de ello, Macron ha decidido mantener el acto de las víctimas del terrorismo por su simbolismo, al ser la primera vez que Francia conmemora esta jornada de recuerdo de los afectados, que la Unión Europea instauró el 11 de marzo por los atentados que se cometieron en Madrid aquel día en 2004. El homenaje va a celebrarse en la plaza de Trocadero después del almuerzo en el Elíseo.

Van a asistir unas 900 personas entre autoridades, víctimas y miembros de los servicios de emergencia y de la policía, un número inferior al previsto inicialmente, que rondaba los 1.200. Posteriormente, Macron, su esposa y los reyes se van a reunir con un grupo de víctimas y de familiares de atentados como el que hubo en la Sala Bataclán de París en noviembre de 2015.

Es la segunda vez que don Felipe y doña Letizia visitan el Palacio del Elíseo después de que en junio de 2015 les recibiera el anterior presidente, François Hollande. Los reyes han venido acompañados por el ministro del Interior español, Fernando Grande Marlaska, quien va a ser condecorado por el Gobierno francés en un acto paralelo a la comida en el Elíseo.