Los presidentes de Rusia y Turquía, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, han pactado una reducción de las hostilidades en la región siria de Idlib tras la muerte esta semana de 36 militares turcos dentro de la ofensiva contra el bastión rebelde y yihadista que el Ejército sirio, con el respaldo de Moscú, está efectuando en la zona, donde Ankara tiene fuerzas desplegadas.

"Las partes confirmaron su propósito de reducir las tensiones sobre el terreno mientras continúa la lucha contra los terroristas que fueron reconocidos como tales por el Consejo de Seguridad de la ONU, para proteger a los civiles dentro y fuera de la zona de distensión y brindar asistencia humanitaria urgente a todos los necesitados", según un comunicado emitido este sábado por el Ministerio de Exteriores ruso y recogido por la agencia oficial de noticias rusa, RIA Novosti.

Estados Unidos ha señalado en las últimas horas a Rusia como responsable final de la nueva ofensiva siria al entender que las fuerzas de Damasco están completamente incapacitadas para progresar sin el respaldo aéreo y la ayuda estratégica que le proporciona el mando ruso.

Mientras tanto, el presidente de Turquía ha informado este sábado que sus fuerzas militares han destruido fábricas de armas químicas del Ejército sirio dentro del contraataque lanzado esta semana contra las fuerzas de Damasco en represalia por la muerte de los militares.

"Varios sitios, incluidos aeródromos, depósitos de municiones, sistemas de defensa aérea, hangares e instalaciones de producción de armas químicas resultaron incendiados y destruidos", ha declarado Erdogan en Estambul, en comentarios a los miembros de su partido Justicia y Desarrollo.

"Desde ayer por la noche hemos destruido siete almacenes con materiales químicos ", dijo Erdogan, alegando que más de 2.100 soldados sirios y casi 300 vehículos militares, incluidos 94 tanques, fueron destruidos.

Erdogan ha asegurado que "los militares de Turquía se encontraban en Siria, y en Idlib concretamente, "por invitación del pueblo sirio", pero no con la invitación del presidente Al Assad. Enfurecido, Erdogan ha declarado que comentó a Putin la posibilidad de dejar el asunto completamente en manos de Turquía.

"Mientras el pueblo no nos proponga irnos, no saldremos de allí. Yo le dije a Putin: déjeme con el régimen cara a cara, nosotros haremos lo que haga falta", indicó el mandatario.