El Papa ha recibido a Luiz Inácio Lula da Silva en un encuentro privado en el Vaticano, que se enmarca en el primer viaje del expresidente brasileño desde que salió de la cárcel de Curitiba el pasado 9 de noviembre, donde pasó 19 meses, condenado por corrupción pasiva y blanqueo de dinero.

El expresidente brasileño tuvo que pedir un permiso a los jueces para salir del país y aplazar el interrogatorio previsto en Brasilia para el 11 de febrero.

Según informan medios de comunicación italianos, Lula anunció que partirá el viernes hacia Brasil, espera en libertad el resultado de un recurso contra la pena por corrupción que considera ante todo una conspiración político-judicial.

La cita en el Vaticano fue privada por lo que no hubo ni cámaras ni periodistas, pero Lula explicó a la prensa que hablaron de desigualdad, pobreza y defensa del medio ambiente.

La reunión duró cerca de una hora y no fue divulgado un comunicado oficial por parte de la Santa Sede debido a su carácter privado.

"La razón de mi visita es hablar con el Papa del asunto de las desigualdades y de la defensa de una buena política para el medioambiente", explicó Lula en declaraciones a la prensa en la sede romana del mayor sindicato italiano CGIL, donde fue acogido por un nutrido grupo de representantes y líderes sindicales italianos.

Lula se reunió también con dirigentes del gobernante Partido Democrático, entre ellos el secretario general Nicola Zingaretti.