La Policía hongkonesa detuvo el miércoles a unas 400 personas bajo cargos como asamblea ilegal y posesión de armas ofensivas durante la marcha de Año Nuevo, a la que asistieron más de un millón de personas, según los organizadores.

Los hongkoneses salieron el miércoles a las calles de la ciudad en una marcha que los organizadores finalmente tuvieron que cancelar a petición de la Policía, lo que derivó en enfrentamientos entre agentes y los manifestantes más radicales.

Aunque había sido autorizada, la Policía pidió al organizador, el Frente Civil de Derechos Humanos, que pusiera fin a la multitudinaria marcha tres horas después de comenzar argumentando que algunos manifestantes habían empezado a arrojar ladrillos y cócteles molotov y a incendiar tiendas y bancos a lo largo de la ruta.

Todo comenzó cuando varios activistas vandalizaron una sucursal del gigante bancario HSBC, lo que provocó que los agentes les rociaran con gas pimienta, recoge la prensa local.

Otros manifestantes, situados en primera línea, formaron cadenas humanas sin aparente intención de marcharse, provocando enfrentamientos con la Policía que se saldaron con arrestos.

Al margen de los incidentes, decenas de miles de personas marcharon pacíficamente para pedir a los ciudadanos de la excolonia británica que mantengan viva la llama del movimiento de protesta durante el 2020 y para recordar al Gobierno, a través de pancartas y eslóganes, las demandas del movimiento prodemocrático.

Amnistía

Éstas incluyen la retirada del proyecto de ley (ya conseguida), una investigación independiente sobre la brutalidad policial a la hora de reprimir las protestas, la amnistía a los más de 6.000 detenidos hasta la fecha, la retirada del término "revuelta" a la manifestación del 12 de junio, y el sufragio universal para elegir al jefe del Ejecutivo local.

Las protestas llegaron de manera masiva a las calles hongkonesas el pasado 9 de junio a raíz de un controvertido proyecto de ley de extradición, ya retirado por el Gobierno, pero han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos de Hong Kong y una oposición al autoritarismo de Pekín.

Sin embargo, algunos manifestantes han optado por tácticas más radicales que la protesta pacífica y los enfrentamientos violentos con la Policía han sido habituales.

Los meses de protestas han colocado a la economía de Hong Kong en recesión por primera vez en una década, tras contraerse un 2,9 % en el tercer trimestre, afectada por las caídas de las importaciones y las exportaciones, de las ventas al por menor y por las decrecientes cifras del turismo.